Aislamiento económico, fragilidad social interna y geopolítica a la contra, las primeras derrotas de Putin

Cristina Gallach Figueras. / Mundiario
Cristina Gallach Figueras. / Mundiario

Cristina Gallach ve a Rusia en vías de estrangulación financiera y económica, a pesar de las reservas acumuladas de más de 650.000 millones de dólares y a que, por ahora, las severas sanciones salvan al sector energético.

Aislamiento económico, fragilidad social interna y geopolítica a la contra, las primeras derrotas de Putin

Aunque sus soldados avancen, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, está perdiendo con sus mentiras la guerra en tres frentes: aislamiento económico, una mayor fragilidad social interna y una geopolítica a la contra, según Cristina Gallach Figueras, exsecretaria de Estado de Exteriores y miembro de Global Women Leaders Voices.

"Quedan pocas dudas. Morirá todavía gente y el impacto en sufrimiento humano, desastre económico global y destrucción física es de cálculo imposible. Será altísimo, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial", explica esta experta en El País.

Pero con sus mentiras, el presidente Vladimir Putin está perdiendo la guerra, aunque su ejército avance, más lento de lo que esperaba.

El ensayista Yuval Noah Harari habla ya de derrota histórica. "Ganar en los fangos helados del norte, este y sur de Ucrania es una victoria pírrica", concluye la exsecretaria de Estado de Exteriores.

Vladimir Putin tiene a 44 millones de ucranios atenazados, de ellos más de un millón son refugiados y desplazados. Europa, en vilo y las potencias occidentales intentado adivinar su macabro próximo paso, ¿se atreverá a manipular una central nuclear descontrolada?, o ¿seguirá jugando con la despavorida población civil de las ciudades asediadas, abriendo y cerrando corredores?, se plantea Cristina Gallach. Veamos las tres derrotas determinantes que sugiere esta especialista:

El aislamiento económico

La primera derrota es económica, según Cristina Gallach. Rusia está en vías de estrangulación financiera y económica, oligarcas incluidos. Y ello a pesar de las reservas acumuladas de más de 650.000 millones de dólares y a que, por ahora, las severas sanciones salvan al sector energético. El gas y el petróleo siguen fluyendo a los clientes habituales, entre ellos la UE. ¿Hasta cuándo? Occidente debe calibrarlo, porque ésta es la sanción con mayor efecto bumerán. Para dar ese drástico paso de cortar el suministro, no sería extraño tener que esperar a un renovado abastecimiento de la producción iraní, por el momento inaccesible por las sanciones contra este país impuestas por retirarse del acuerdo nuclear en 2020. Se trata de una extraordinaria coincidencia, ya que, en estos momentos aciagos para la diplomacia, se está negociando muy activamente en Viena el regreso de Irán a este transcendental pacto para la estabilidad regional y global, por parte de la UE, junto a Alemania, Francia y el Reino Unido, además de EE UU, China y Rusia.

Una mayor fragilidad social interna

La segunda derrota de Putin lleva la mirada de Cristina Gallach a su tensionada y manipulada sociedad. De momento las movilizaciones son limitadas y para ello ha tenido que recurrir a la más dura de las represiones contra sus conciudadanos, en particular los medios de comunicación, a cuyos periodistas les esperan largas condenas si propagan la verdad. Pero, pese a algunas redes sociales bloqueadas, los mensajes corren, los vídeos se comparten y la verdad se abre camino. En cualquier momento la aparente fragilidad de las madres de los soldados se puede tornar en fuerza en su contra. En momentos clave de las guerras en Afganistán o Chechenia, ellas tuvieron un papel decisivo. Con su imperturbable búsqueda a los hijos desaparecidos en el frente, fueron pilar de la consciencia social, plantando cara a las mentiras del Kremlin. Ahora reciben mensajes que no dejan duda de que los invasores rusos tiran deliberadamente contra la población civil, a sus iguales. Se los mandan sus hijos.

Una geopolítica a la contra

La tercera derrota es geoestratégica. Para Cristina Gallach no hay disfraz que esconda lo que había detrás del estilo directo, casi campechano, y la mirada incisiva de Putin. Europa, con Alemania a la cabeza, ha perdido la inocencia. Un regreso al realismo político. Y como consecuencia de ello, se auguran cambios significativos estratégicos de calado, en particular en el continente europeo. Ya se pueden vislumbrar cambios de los limites de las instituciones occidentales clave, cuando se logre acallar las armas. Y en ningún caso estos cambios serán favorables a los intereses de Putin. La OTAN y la UE están más unidas que nunca. Y la mayoría condenatoria en la ONU, también. Rusia resiste por su veto. Así, del “se pueden hacer tratos con él”, como decían los CEO de las energéticas, químicas, mineras… que le visitaban, hemos pasado al “no más tratos”. @mundiario

Frenar la masacre de la población civil en Ucrania requiere presión de la comunidad internacional

El asesinato impune de la población y el fracaso de los corredores humanitarios cuestionan las leyes mismas de la guerra y exigen de la comunidad internacional una presión extrema para frenar la barbarie, subraya a su vez un editorial de El País.

Christine Jamet, directora ejecutiva de Médicos sin Fronteras, ha denunciado la violencia desatada que vivió el inexistente corredor humanitario de Mariupol y ha recordado que “el paso y acceso seguro para la ayuda humanitaria debe ser un derecho, no un privilegio”. Incluso la guerra debe respetar sus propias reglas, por lo que resulta imperiosa la presión de la comunidad internacional para frenar la masacre de la población civil en Ucrania.@mundiario

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