AirPods, los audífonos inalámbricos de Apple son un desafío a la tradición

Dentro de todo lo que siempre rodea una presentación de Apple, probablemente lo que más capturó la atención del nuevo iPhone 7, el cual se deshizo sin problemas de la ranura para los auriculares. Tim Cook evidenció que a la firma de la manzana no le inmuta en lo más mínimo las tradiciones tecnológicas y mandó a volar lo conocido hasta ahora para presentar los AirPods, los auriculares inalámbricos con los que cuenta el nuevo teléfono de la empresa. 

Estos nuevos artilugios, que se venderán por separado a un precio de 159 dólares, son una auténtica oda a la tecnología. De entrada, el simple hecho de que se elimine el alboroto de siempre con los cables es ya una gran ayuda para quienes no soportan ese tedio. Pero las bondades de este juguetito van más allá de la comodidad de guardarlos y sacarlos de su caja sin mayores ejercicios. Por ejemplo, las pastillas, que dicho sea de paso son táctiles (es decir, no tienen ningún botón), tienen un sensor infrarojo que percibe cuando el usuario los retira de sus oídos por lo que si éste estaba escuchando música, la misma se detendrá en ese momento. El artilugio tiene también unos acelerómetros, los cuales detectan cuando la persona está hablando, por lo que, a fin de mejorar la calidad de la llamada, filtrará automáticamente el sonido de fondo para que quede en primer plano nada más la voz de las personas. 

El teléfono detectará estos accesorios al momento que los mismos sean retirados de su funda y su caja, preguntando automáticamente al usuario si desea conectarlos vía inalámbrica. Por si fuera poco, la caja en la que se tendrán las pastillas los carga automáticamente mientras no se estén usando. Con todas esas novedades, Apple se ha dado la razón a sí misma del por qué de su polémica decisión de tirar los auriculares con cable al fondo del mar. @hmorales_gt