La acumulación de deuda, tanto pública como privada, se ha convertido en un grave problema

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El proceso de endeudamiento español arroja unas cifras preocupantes de deuda pública y privada dejando a nuestra economía en una situación de dependencia financiera externa.

La acumulación de deuda, tanto pública como privada, se ha convertido en un grave problema

El endeudamiento es un proceso de adquisición de deuda por parte de las entidades, tanto públicas como privadas, con el fin de obtener financiación destinada al aumento de la productividad y al desarrollo económico. Por el contrario, en el periodo que precede al estallido de la crisis, las instituciones públicas y las entidades privadas venían desarrollando un proceso de adquisición de deuda debido, principalmente, a la mala gestión económica y financiera de dichas entidades, además de alcanzar unas cotas de endeudamiento que provocaban más deuda para el pago de la anterior. Este proceso originó, de manera paralela y con amplios signos de correlación, la crisis de deuda. Como hemos comentado, este proceso de endeudamiento puede provenir de la vertiente pública o privada, característica que ha diferenciado a los distintos países que más se han visto afectados por la crisis de deuda.

En los casos de Irlanda y España, la crisis de deuda tuvo su origen en la vertiente privada. En Irlanda en particular, la deuda tuvo su origen en el boom inmobiliario financiado por prestamistas extranjeros que no reclamaron una prima de riesgo a sus inversiones asociada la probabilidad de ocurrencia de una eventual situación de impago.

En el caso de España, dado que la demanda interna fue superior a la producción, la economía recurrió al endeudamiento exterior. El recurso de financiación no fue liderado por el sector público, sino por las familias y las empresas. A pesar de ello, los niveles de deuda pública de los que partían tanto España como Irlanda, estaban sensiblemente por encima de la media de los países de la Eurozona.

En los casos de Grecia y Portugal por el contrario, el origen del proceso de endeudamiento lo encontramos en la vertiente de la deuda pública, un déficit estructural difícil de solventar, al igual que la economía italiana pero en menor medida en términos comparativos.

Algunos autores sostienen que la deuda privada es mucho más incidente que la deuda del sector público en la crisis de deuda europea (Gros, 2011), en cambio otros autores se han centrado en el estudio de las transacciones bancarias sobre el sector público (Allen et al., 2011, y Bolton y Jeanne, 2011). En este contexto hay que puntualizar que la Unión Europea presenció un aumento muy significativo de su actividad financiera transfronteriza en los diez años que anteriores a la crisis global (Barnes et al., 2010).

Por consiguiente, en este panorama cabe resaltar la importancia de identificar los canales que conectan el sector bancario y público, y que explican cómo el deterioro de la solvencia de la deuda pública se ha extendido al sector bancario y viceversa. A medida que se aprecia un aumento del riesgo en el sector bancario, la posibilidad de rescates de entidades financieras, provoca un aumento de la prima de riesgo soberana del país en cuestión y se traslada al sector público.

En año 2005 la deuda pública de España se situaba en torno al 42,3% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que a principios de 2016 ya superaba el 100% del PIB. Por otra parte, el endeudamiento privado se situaba en el año 2000 en el 102,5% del PIB, y superaba en el año 2010 el 200%. Con el estallido de la crisis, y sobre todo entre los años 2010 y 2012, la incertidumbre financiera y la crisis de créditos bancarios, han llevado a reducir el endeudamiento privado que se sitúa en torno al 160% del PIB en 2015. Este esfuerzo ha de continuar para ver reducida esta situación que nos expone a la necesidad continua de financiación externa. La acumulación de deuda, tanto pública como privada, se ha convertido en un grave problema a lo largo de esta crisis. Las economías de cada uno de los países miembro han de encontrar salida a la crisis económica y financiera al tiempo que han de disminuir los ratios de endeudamiento, ya que la zona euro se encuentra prácticamente en un estado de apalancamiento financiero.

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