La no actualización del IRPF castiga a los pensionistas menos pudientes

María Jesús Montero, ministra de Hacienda. / RR SS
María Jesús Montero, ministra de Hacienda. / RR SS
En plena campaña de declaración de la renta, pensionistas que hasta el momento no tenían obligación de declarar se han encontrado con una desagradable sorpresa: este año sí tienen que hacerlo.
La no actualización del IRPF castiga a los pensionistas menos pudientes

La recaudación tributaria marcó un máximo histórico en el año 2022, empujada en parte por los ingresos que aportó el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, más de 122.000 millones de euros, que es el doble de lo que ingresó este tributo en el año 2005 y cuarenta mil millones más que el año álgido del boom inmobiliario, en 2007. Ya explicamos aquí las razones de este incremento, que se resumen en un afloramiento de la economía sumergida, el mantenimiento de las rentas a través de la política de gasto público, pero también por un “truco” fiscal que consiste en inducir a los contribuyentes a una ilusión en período de inflación.

Se dice que no se suben los impuestos porque no se modifican los tipos cuando en realidad se practica la progresividad en frío o, lo que es lo mismo, una subida encubierta de impuestos.

Esto ha sucedido con el IRPF. En plena campaña de declaración de la Renta correspondiente al año 2022 muchos pensionistas que hasta el momento no tenían obligación de declarar, se han encontrado con una desagradable sorpresa, este año sí tienen que hacerlo. Su renta nominal se ha incrementado, si bien han mantenido su poder adquisitivo real, sin embargo, el IRPF considera que han ganado capacidad de compra, cuando en realidad no es así, porque la inflación se lo ha comido.

Sirva como muestra un botón. Una persona que contaba con una pensión de 1.500 euros no tenía la obligación de declarar, pues el umbral de los 22.000 euros así lo establece. Sin embargo, la actualización de su pensión –con incremento nominal y no real– hace que ahora supere, por poco, esos 22.000 euros y, por tanto, tiene la obligación de presentar la declaración y pagar.

¿Hay remedio?

En 2023 sucederá lo mismo, se estima que el Estado recibirá como retorno a través del IRPF alrededor del 20% del monto que representa la subida de las pensiones. Para evitarlo, si se quisiera, habría que hacer algo tan sencillo como actualizar los tramos y mínimos al mismo nivel que lo hizo la inflación y también las pensiones.

De los cinco millones de personas que no tenían obligación de declarar ni de pagar porque no llegaban al mínimo exigido, más de tres se mueven en una horquilla muy próxima a los 22.000 euros.

La decisión de no deflactar el IRPF les ha perjudicado y ahora, buena parte de ellos están obligados a declarar y pagar un mínimo de 400 euros. Así que, lo comido por lo servido o, lo que es peor, en algunos casos la actualización de las pensiones les habrá perjudicado, porque pagarán de IRPF más de lo que ha significado el incremento nominal de la pensión.

La ilusión, cuando es fiscal, no es buena cosa. @mundiario

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