6 preguntas (y respuestas) para entender el lío de El Prat

Aeropuerto El Prat, Barcelona.
Aeropuerto El Prat, Barcelona.
¿Por qué se ha paralizado la inversión? ¿Qué es La Ricarda y qué tiene que ver con El Prat? ¿Qué está pasando entre los socios de Govern? Esto es todo lo que tienes que saber. 
6 preguntas (y respuestas) para entender el lío de El Prat

El proyecto para convertir el aeropuerto barcelonés de El Prat en un ‘hub internacional’ vuelve a tocar tierra… un mes después de despegar el vuelo. El Gobierno central y la Generalitat ‘sellaron’ a principios del mes de agosto un acuerdo para la ampliación del El Prat, que contemplaba una inversión de 1.700 millones de euros en diez años y, finalmente, desencallaba una serie de negociaciones y traspasos que habían estado paralizados durante mucho tiempo. 

“Esa inversión se realizará a través de un ‘hub internacional’ y se traducirá en 83.000 empleos directos y 365.000 empleos directos”, celebró entonces la ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. Poco más de 30 días después, el plan vuelve a estar en el limbo. El Gobierno decidió paralizar la inversión en medio de un complejo choque de intereses que ha abierto un nuevo frente entre Moncloa y Govern. 

Estas son las claves para entender el asunto: 

¿Por qué se ha paralizado la inversión?

El Gobierno anunció el 2 de septiembre que pondría en pausa el proyecto de ampliación de El Prat debido a “la oposición mostrada por el Ejecutivo catalán”. “Después de un mes el pacto se ha quebrado por una pérdida de confianza manifiesta”, afirmó desde Barcelona la ministra de Transportes, Raquel Sánchez.

El problema, según ha deslizado el Ejecutivo, es que la obra no puede ponerse en marcha si los socios del Govern (ERC y Junts) no se ponen de acuerdo en su postura sobre la ampliación. Detrás de esto, un elemento clave: la zona protegida de La Ricarda.

¿Qué es La Ricarda y qué tiene que ver con El Prat?

La reserva verde, con 135 hectáreas y una laguna clave para prevenir la salinización del Delta del Llobregat y para conservar algunas especies protegidas, está incluida en la Red Natura 2000 de protección de la biodiversidad que impulsa la Unión Europea. Pero no es noticia hoy por su valor medioambiental: La Ricarda está en el centro de la disputa por el futuro del aeropuerto de Barcelona.

La polémica entre los socios estalló cuando Aena, la empresa controlada por el Estado, dio a conocer el Documento de Regulación Aeroportuaria 2022-26 (DORA): un documento a través del cual se fija la futura política tarifaria en los aeropuertos españoles atendiendo a las necesidades de inversión, de acuerdo con El País. 

El informe constaba, por primera vez de forma ‘oficial’, que la ampliación de la pista del aeródromo barcelonés afectaría la zona de La Ricarda; un dato que terminó por volar los puentes entre los socios. ¿La razón? Sencilla: Junts defiende las reclamaciones del empresariado catalán y ERC su compromiso con la bandera ecologista.

El DORA incluía, además, una salvaguarda: que el proyecto quedaba condicionado al beneplácito medioambiental de la Comisión Europea, la Generalitat y del Ministerio de Transición Ecológica.

“El pacto se ha quebrado por una pérdida de confianza manifiesta. Es imposible llevarlo a cabo sin apoyo del Govern y la Generalitat no tiene una posición madura”, insistió entonces Raquel Sánchez, antes de aclarar que el Ejecutivo “no va a imponer la ampliación porque la Generalitat no lo hace posible”.

 

¿Qué está pasando entre los socios de Govern?

El fiasco de El Prat ha dejado expuestas las diferencias entre los socios y, desde entonces, la tensión no ha parado de crecer. Pero, ¿cómo llegamos a este punto? De acuerdo con la reconstrucción de los acontecimientos que hace eldiario.es, el president de la Generalitat, Pere Aragonés, y el vicepresidente, Jordi Puigneró, cerraron un pacto verbal sobre la postura del Govern frente a la ampliación del aeropuerto el mismo día que se selló el acuerdo con el Gobierno central en Madrid. 

Las partes acordaron entonces que el daño medioambiental a La Ricarda debía ser mínimo y debería estar perfectamente justificado para que la Unión Europea diera su visto bueno. ¿El problema? Que el acuerdo quedó en un apretón de manos, pero no se firmó ningún documento.

Finalmente, todo estalló cuando se filtró el documento de Aena. Aragonès, que forma parte de una formación de izquierdas sensible a las cuestiones medioambientales, aseguró en Twitter que el documento de ordenación “no se correspondía con lo acordado en el seno del Govern” y la presión terminó por arrastrar a ERC. 

Jordi Puigneró, por su parte, no tardó en cargar contra el Gobierno central, al que acusó de actuar de manera unilateral. El número dos del Ejecutivo catalán criticó que Moncloa “tome decisiones sobre el futuro de Cataluña sin contar con el Govern” y calificó de “nueva deslealtad” todo el asunto. Pero también disparó contra sus socios: para el vicepresidente, la “frivolidad” con la que ERC ha criticado la inversión ha generado “confusión” y enterrado el acuerdo.

Según El País, en el Ministerio de Transportes, en Aena y en La Moncloa saltó el piloto rojo cuando ERC abandonó la cruzada para apuntarse a una manifestación para mostrar su oposición a la ampliación de El Prat. Para el Gobierno, el choque interno ha roto el consenso del 2 de agosto. 

¿Qué hay detrás de la "repentina" oposición de Pere Aragonès?

Las voces internas, muy críticas con el plan de ampliación del aeródromo barcelonés. Además, la CUP: el apoyo parlamentario del Govern y una pieza clave para la legislatura de Aragonès. Los analistas tienen claro que para el presidente catalán la factura por sacar adelante una obra así, afectando una zona protegida y en medio de la división interna, sería demasiado costosa. 

“Quizá hace 20 años una inversión de este tipo habría sido celebrada, pero ahora las cosas se tienen que hacer de una manera diferente”, dijo Aragonès este jueves. “Hasta ahora los partidos catalanes vivían instalados en el debate sobre el eje nacional, el procés, pero ahora irrumpe otro eje, el ambiental y ecológico y algunos como ERC lo tienen difícil para adaptarse”, resume, por su parte, Jordi Mir, profesor de la Universidad Pompeu Fabra y experto en movimientos sociales. 

¿Y qué pasa ahora entre el Gobierno central y la Generalitat?

Pese al choque por el freno de la inversión, tanto la Generalitat con el Gobierno central han decidido aislar la Mesa de Diálogo entre ejecutivos, prevista en Barcelona para el jueves o viernes de la semana que viene, según ha confirmado Pere Aragonès, del enfrentamiento por el aeropuerto de El Prat.

El frenazo de la ampliación del aeródromo, por ahora, tampoco arrastra los proyectos de desarrollo previstos para los aeropuertos de Girona y Reus. Y, al menos sobre el papel, tampoco “cuestiona la voluntad de diálogo permanente que el gobierno de España quiere mantener con la Generalitat y no debería afectar a la mesa de diálogo”, de acuerdo con la ministra Sánchez.

Antes de esto, Aragonès ha acusado al Ejecutivo de Pedro Sánchez de querer imponer su modelo “destrozando un espacio natural y protegido sin escuchar al territorio ni la Generalitat”. “Una vez más se ratifica la necesidad que Cataluña decida su futuro político”, ha remachado.

 

Y ahora: ¿qué sigue? 

El Gobierno ha dejado claro que la decisión de paralizar la inversión en El Prat supone una suspensión y no un 'no' definitivo a la operación.

Entre tanto, el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha advertido de que “los empresarios no nos quedaremos quietos ante unos hechos que pueden llevar a la ruina económica de Cataluña, de las empresas y de las familias”. Por su parte, tanto Comisiones Obreras como UGT han exigido que se retomen las negociaciones para aprovechar la inversión anunciada por Aena. “Es un desastre, pero creemos que hay margen y tiempo para la negociación”, ha dicho Camil Ros, secretario general de UGT.

En la práctica, parece complicado que la situación desencalle (al menos por lo pronto) pese a la molestia en el sector empresarial y sindical. @mundiario
 

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