3 soluciones para dejar de tener un préstamo con nuestra expareja

Pareja discutiendo / Vera Arsic
Una pareja. / Vera Arsic
Solicitar un préstamo en pareja tiene muchas ventajas, pero también algunos riesgos si nos separamos. Te explicamos las soluciones para eliminar el préstamo con tu ex.
3 soluciones para dejar de tener un préstamo con nuestra expareja

Comprarnos un coche, reformar nuestra casa, realizar un viaje, financiar la boda… son muchas las finalidades por las que una pareja puede optar por solicitar un préstamo entre los dos. Al ser dos titulares con dos trabajos y dos ingresos los bancos nos ven como un buen perfil y nuestras posibilidades de conseguir financiación con unas mejores condiciones aumentan. No obstante, solicitar préstamos en pareja tiene sus riesgos si nos separamos, ya que las deudas no desaparecen aunque lo haga el amor. A ojos del banco ambos seguimos siendo responsables, nos explica el comparador financiero HelpMyCash.com, por lo que el impago de uno podría afectar al otro. Además, hay que tener en cuenta también quién se quedará con el producto comprado con el préstamo. En estos casos existen diferentes alternativas a las que acudir según nuestra situación financiera, el tipo de producto financiado y la relación con nuestra expareja.

Tres soluciones para no mezclar finanzas y amor

La solución que nos ahorrará cualquier pelea o disputa futura es cancelar el préstamo. Esta alternativa consiste en devolver todo el dinero que queda a la entidad y así saldar la deuda. Sin deuda no habrá problemas por saber quién pagará. No obstante, esto implica tener el dinero para hacerlo o vender el bien financiado para obtenerlo. Aunque esto solo es posible si la financiación es para algo material como un coche, con una reforma será más complicado. Además, podría haber disputas si uno de los dos titulares quiere disfrutar del bien financiado. Muchos préstamos podrán cobrarnos una comisión de entre el 0,5% y el 1% por cancelar el préstamo antes del vencimiento, según el tiempo que quede para finalizar el contrato, aunque otros como el Préstamo Freedom de Banco Mediolanum o el Préstamo Naranja de ING no nos aplicarán una comisión por la cancelación anticipada, por lo que no supondrá un coste adicional.

Por otro lado, la alternativa más cómoda es no cambiar nada. Seguir pagando como hasta ahora o acordar que quien disfrute del bien financiado sea quien reembolse las mensualidades. Lo bueno es que nos ahorraremos comisiones y papeleos con el banco, pero debemos tener mucha confianza en nuestra expareja, ya que a los ojos del banco ambos seguimos siendo responsables del reembolso, independientemente del acuerdo al que lleguemos y un impago afectará a ambos.

La tercera opción es la más común y consiste en realizar un cambio de contrato para que sea uno de los dos quien se quede con el préstamo. Generalmente será la persona que esté disfrutando del bien financiado. Las ventajas de esta alternativa es que evitaremos futuros posibles problemas por impago, pero para hacerlo la persona que se quede con el préstamo deberá tener un perfil lo suficientemente bueno como para que el banco acepte la operación y deberemos discutir qué ocurrirá con lo que el otro cónyuge haya pagado con anterioridad.

Para evitar llegar a este punto, es recomendable realizar un pequeño preacuerdo antes de solicitar la financiación. Aunque pueda parecer un poco violento, definir y dejar por escrito qué ocurriría en estos casos como quién pagará, qué ocurre con el dinero ya pagado o quién se quedará con el producto comprado con el préstamo nos podría ahorrar futuras discusiones y problemas con el banco. @mundiario

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