Los 1.400 millones de chinos producen 6,4 billones menos que los 325 millones de estadounidenses

Rascacielos del área de negocios de Nueva York. / Mundiario
Rascacielos del área de negocios de Nueva York. / Mundiario

Europa y EE UU están nerviosos ante China  pero no solo preocupa su capacidad exportadora, sino también su estrategia de compra de activos en Occidente. ¿Debe orientarse ahora la estrategia a ponerle puertas al campo o a competir a campo abierto?

Los 1.400 millones de chinos producen 6,4 billones menos que los 325 millones de estadounidenses

Estados Unidos y la Unión Europea llevan ya tiempo coincidiendo –de modo especial estos últimos días– en subrayar la supuesta amenaza china para Occidente. La gran queja se basaba hasta ahora en que China exporta mucho pero compra poco; sin embargo, el acento se pone ahora en sus compras de activos en el exterior y en su influencia en otros países. La tensión es alta, y no solo comercial.

EE UU y China, que se  hablan de tú a tú, están en una especie de tregua en su guerra comercial con el aplazamiento de aranceles y nuevas políticas de compras, sobre todo por parte de China. El contencioso con Europa es distinto. Al no ser la UE un Estado propiamente dicho, la relación de Pekín –Beijing– con Europa se maneja a otro nivel, lo cual explica sus relaciones bilaterales con los estados miembros, contexto en el que se produjo la reciente visita del presidente chino, Xi Jinping, a España.

Pero en el caso europeo no solo influye su frágil estructura política, sino también otros factores económicos, su nivel de gasto en defensa, etcétera. La propia UE admite que se ha puesto en guardia ante el crecimiento de la inversión china en sus países miembros, y de unas declaraciones del vicepresidente de la Comisión Europea, Andrus Ansip, se desprende que la posición europea frente a China es más vulnerable que la de EE UU, al advertir de que la UE debe “tener miedo” de empresas chinas como Huawei. Es una evidencia que Europa no tiene una sola gran empresa entre los gigantes mundiales de internet, todos ellos americanos y chinos.

Si algo prueba todo esto es que Europa y, en menor medida, EE UU están perdiendo competitividad, y que China ha progresado para ser un polo más de la economía mundial; tanto, que puede convertirse en la primera potencia mundial por su Producto Interior Bruto (PIB). Llegados a este punto, ¿debe orientarse la estrategia a ponerle puertas al campo o a competir a campo abierto?

China es un país muy extenso –dobla con creces la superficie de la UE– pero no más que EE UU. En lo que es líder es en población, ya que sus 1.400 millones de habitantes están muy encima de los 512 millones de la UE o los 325 millones de EE UU. Sin embargo, su capacidad de producción, siendo alta, está muy por debajo de los estándares europeos y americanos. Los 1.400 millones de chinos producen 6,4 billones de euros menos que los 325 millones de estadounidenses, lo cual explica que su PIB per capita sea de apenas 7.800 dólares frente a los 52.930 dólares de EE UU. Medidos por competitividad, EE UU es el primer país del mundo, mientras que China ocupa el puesto 28º.

Otra cosa es que China aventaje a EE UU y, sobre todo, a Europa en cada vez más facetas de la producción económica. Un claro ejemplo es el sector del automóvil, ya que los chinos producen cada año 29 millones de vehículos frente a solo 11 millones fabricados en EE UU. Pero si después se analiza el disfrute de los coches, en EE UU hay 823 vehículos por cada 1.000 habitantes mientras que en China no llegan a los 120 por 1.000 habitantes. Es una clara prueba del precario estado de su mercado interno. China sí es una aventajada en exportar –vende en el exterior casi el doble que EE UU– y últimamente también toma posiciones importantes en el exterior mediante la compra de empresas europeas y americanas. Es precisamente en este punto donde más altera a la UE. @J_L_Gomez

ByteDance vs. Huawei

La cara de la actualidad para las empresas chinas es ByteDance. Los planes de expansión de la compañía china de internet ByteDance harán de esta empresa la segunda no cotizada más valiosa del mundo, con una valoración de 75.000 millones de dólares. El joven empresario Yiming Zhang es el fundador y el presidente de ByteDance, a la que llegó tras haber creado varias compañías y ejercer como director de tecnología en Kuxun. Solo Tik Tok, una de sus filiales, tiene unos 500 millones de usuarios. En España, ByteDance opera a través de NewsRepublic, compañía fundada en Europa.

La cruz parece ser Huawei. La acusación de fraude formulada por la Fiscalía de Estados Unidos contra la vicepresidenta del grupo tecnológico Huawei, detenida en Canadá por violar supuestamente las sanciones a Irán, coincidió con una toma de posición de la Unión Europea sobre el temor a empresas chinas como Huawei. El Gobierno de Washington aclaró que separaba el arresto judicial de Meng Wanzhou de la relación comercial de EE UU con China, cuyas autoridades exigieron la liberación de hija del fundador de Huawei, que consiguió la libertad provisional tras el pago de una fianza de 7,5 millones de dólares.

–––– LOS PROTAGONISTAS ––––

> Xi Jinping, presidente de China.- A pesar de las tensiones y de los altibajos, puede estar de camino un nuevo acuerdo comercial entre Washington y Pekín. Sus principales líderes dicen que han hablado con franqueza y que las conversaciones evolucionan de manera “muy exitosa”.

> Donald Trump, presidente de EE UU.- La detención en Canadá de Meng Wanzhou, directiva del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, hizo temer por el desarrollo de las discusiones comerciales pero el inquilino de la Casa Blanca ya tuiteó que el diálogo va bien.

> Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea.- Bruselas se propone blindar la propiedad de empresas estratégicas europeas ante los intentos de China de cerrar más compras. Pero sus avances son ya considerables: en 2017 invirtieron más de 35.000 millones en firmas europeas.

> Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.- El turismo es una de las asignaturas pendientes con China. Por esa razón las aerolíneas y otras firmas del sector reclaman una mayor implicación del Gobierno de cara a facilitar el turismo chino. Objetivos: los visados y la promoción de España.

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