Zidane podría ser un producto de marketing de Florentino Pérez en colaboración con la WWE

Gracias a uno de los tertulianos de un famoso show televisivo nocturno se ha hecho famosa en las últimas semanas la expresión - y consiguiente hashtag - Zizou Entrenador. El colaborador, con su típica sorna, le hacía la noche a la guardia pretoriana de Florentino tras la posible llegada del argelino al banquillo del Real Madrid, acompañada de uno de esos tsunamis de ilusión mezclados con pipas que acostumbramos a ver tan a menudo en las orillas del océano de lágrimas que es hoy el Santiago Bernabéu.

Una ilusión inexplicable viendo lo que se les venía encima: un tipo que rompe todo lo que toca desde que ante el Leverkusen, marcó el gol que le ha hecho cargar a este juventino del Barça, la cruz de madridista perpetuo.

Desde ese día podemos decir que Zidane ha hecho historia: protagonista estrella de uno de los periodos en blanco más largos de la historia del Real Madrid, Zidane se retiró a los 33 años tras escenificar una de las jugadas más esperpénticas de las finales de los mundiales, perdiendo el control y agrediendo a Marco Materazzi en la prórroga de la Final y condenando a su equipo a la derrota.

Florentino Pérez nunca ha explicado los motivos por los cuales le ha entregado tantos poderes a un juventino del Barça.

Retirado tras la hazaña, Florentino Pérez lo fichó como asesor, suponemos que para que trincase algo del dinero que le perdonó al Real Madrid tras su prematura retirada, ya que desconocemos como un exfutbolista sin estudios y que apenas habla un castellano decente tras quince años puede aconsejar al presidente de un club de élite. No hace falta más que echar la vista atrás para ver el resultado de su aventura en los despachos. Su mayor mérito es la corresponsabilidad del fichaje de Varane, el eterno mejor central del futuro cuyo infinita crecimiento le ha llevado a jugar menos de cien partidos de Liga en los últimos seis años. En el último derbi madrileño sin ir más lejos, se olvidó de su pareja de baile Griezmann, que aprovechó el espacio para reventar el encuentro. También enchufó sin miramiento alguno a su familia numerosa en las categorías inferiores.

Tras pasar un reality show, que feneció tras una sola temporada por su baja audiencia, Zidane actuó de director deportivo de Mourinho, antes de dejarlo tirado; y como aprendiz de Ancelotti, de quien aprendió todo lo que sabe de táctica...

Su vuelta al verde no podía ser en otro lugar que el Castilla - en el club que adoraba desde pequeñito - al que, entrenando sin licencia, no tardó en descender a Segunda B con uno de los mayores presupuestos de la categoría de plata, y que desde que Zidane fue nombrado entrenador de Keylor y compañía, no ha perdido ni un solo punto. Esa habilidad adquirida se la ha llevado con él al primer equipo, al que cogió con una desventaja de dos con respecto al líder, y que el solito ha ampliado a nueve más lo que sume hoy el Barcelona en un par de meses, dejándolos más cerca del cuarto puesto que del segundo.

En fin, que tanto mal fario no puede ser coincidencia: cabezazo de wrestling, vestimenta oscura, sonrisa siniestra, muerte inmediata al mínimo contacto visual... ¿no será Zinedine Zidane el fruto de la cooperación entre Florentino y la WWE para encontrar el sustituto del Undertaker, que ya anda más cascado que Cristiano Ronaldo, y acoger Wrestlemania en el Santiago Bernabéu el día de la Final de Copa del año próximo?

Pues lo que pensábamos, el acento sevillano nos había confundido el #ZizouEntrenador con lo que realmente había dicho: Zizou, Enterrador. El humo ya lo tenemos, la planta es innegable y además, así podrá levantar algún título, aunque todos sepamos que están preparados, no como la Liga Florentino Pérez. @SirDanielC