Si Zidane dice que no quiere un delantero, el madridismo debe estar en paz

Cerró el Real Madrid otro partido más sin ganar y, lo que es peor, el segundo sin marcar un solo gol. El empate a cero contra el Athletic de Bilbao deja un mal sabor a boca no tanto en sí por el empate, que es molesto pero a como venía jugando el equipo hace apenas unos meses es una mejora, sino porque vuelve a dejar claro que la planificación del equipo no es la misma sin Cristiano Ronaldo.

Pues bien, en medio de esa tormenta de dudas y críticas, que al Real Madrid le llegan más rápido y por menos cosas que a otros equipos, apareció Zinedine Zidane para asegurar que no contratará un delantero en el mercado de invierno. El entrenador, fiel a sí mismo, muestra un tono recatado y pacífico, casi ajeno a la nueva racha que atraviesa su equipo. No obstante, hay que darle el beneficio de la duda, pues no hay muchos entrenadores capaces de cumplir su palabra y voltear tortillas como él.

Lo hizo desde su mero inicio como entrenador del primer equipo, cuando lo tomó decaído en Liga de Campeones y lo llevó a ganarle la final al Altético de Madrid en San Siro. Lo hizo también en el torneo local, cuando los blancos estaban a una docena de puntos del Barcelona y terminó poniéndola contra las cuerdas en las jornadas finales. Luego, en la segunda temporada ganó el doblete de Liga y Liga de Campeones para, en su tercera temporada, volver a meter al equipo al Olimpo europeo en la final de Kiev. De Zidane se pueden cuestionar muchas cosas, pero lo cierto es que hasta ahora se las ha ingeniado para dar la voltereta a todos los reveses que se ha encontrado en el camino.

Sin ir tan lejos, tras la derrota en Mallorca logró voltear al equipo y lo ha mantenido invicto desde entonces, resucitándolo en Liga de Campeones cuando parecía destinado a descender a la Europa League y, hasta este pequeño bache, punteando en La Liga. Así, si Zidane dice que no necesita un delantero es porque encontrará la forma de arreglar la sequía de goles. Siempre lo hace. Debe hacerlo, porque, como ya se ha dicho en este mismo espacio, sin goles no hay paraíso ni títulos. @mundiario