Visto lo visto, mejor que el madridismo no se ilusione con la revolución

Zinedine Zidane, entrenador. / RRSS.
Zinedine Zidane, entrenador. / RRSS.

El nuevo proyecto de Zinedine Zidane no será más que fichajes incomprensibles o desconocidos, insistencia en jugadores fuera de tono y condena a jóvenes de buen rendimiento.

Visto lo visto, mejor que el madridismo no se ilusione con la revolución

Zinedine Zidane tiene una última jornada para terminar su dichoso casting en la plantilla para la siguiente temporada. El adiestrador francés se ha comprometido a lavarle la maltrecha cara al club y lo hará con algo que se ha denominado como una revolución. No obstante, esa revolución podría no ser lo que muchos esperan.

Y es que Zidane, quien pasó del “terminaremos bien” al “que se termine todo ya”, ha dejado claro en estos dos meses al mando de la nave blanca que su cambio en el plantel no será gran cosa, salvo que en verano sufra un súbito ataque de entrenador. Se puede decir que lo único en que de verdad agitará el vestuario será en sacar a Gareth Bale, quien está decidido a que lo saquen de las greñas porque él por su cuenta no se va a marchar porque no le sale de ya saben dónde.

Basta ver sus alineaciones y planteamientos para darse cuenta de que el de Marsella está empeñado en revolucionar al equipo insistiendo en jugadores que simplemente no han estado a la altura, como la titularidad inmaculada de Marcelo y de Toni Kroos, por mencionar los dos ejemplos claros. El 12 del equipo vivió a la sombra de un estupendo Sergio Reguilón durante tres meses y el equipo no le extrañó, mientras que el alemán parece que no ha salido del shock de la eliminación de Alemania en la última Copa del Mundo, donde empezó su bajón de nivel. Sin sangre en la cara ninguno de los dos, parece que Zizou pretende revolucionar dándoles una nueva oportunidad, que por mucho que sean veteranos y ganadores de todo, no merecen gozar por inmunidad por encima de jugadores que lo han hecho mejor cuando se les necesitó.

Como consecuencia de ello, el francés ha dado ya el tiro de gracia a jugadores que le hicieron las planes a titulares gracias a un entrenador (Santiago Solari) que supo sacar lo mejor de ellos, a diferencia del entrenador tricampeón de Europa. Marcos Llorente y Dani Ceballos ya saben que tendrán que emigrar lejos del Santiago Bernabéu para ganarse la vida porque a Zizou simplemente no se le antoja poner atención a sus prestaciones de este curso, que al menos en el caso de Llorente fueron sobresalientes en su momento. El volante superó en rendimiento a Casemiro, tal como Reguilón a Marcelo, pero eso importa poco porque el técnico tiene a sus consentidos y morirá con ellos en vez de quienes están dispuestos a morir por el equipo porque llevan el madridismo en la piel.

Y por último, y tal vez lo más decepcionante, es su lista de fichajes. El que abandera su bucket list es nada menos que Paul Pogba, más Kardashian que futbolista a estas alturas. Seguido a Pogba está algún jugador del Lyon y otros jugadores de la liga de Francia o que hablan francés pero que nadie conoce. Como si la temporada admitiera más deslices en la planificación, Zidane está echando a chicos de la casa y jugadores con mérito para rodearse con los suyos, a quienes, nuevamente, defenderá a capa y espada. No se sabe cuántos de esos jugadores fichará, pero es que salvo Eden Hazard ninguno de sus anhelos despierta algún interés o algo por el estilo en el Bernabéu.

Mención aparte merece Karim Benzema, quien con sus goles que no sirven para nada se ha ganado, cómo no, la titularidad honoris causa con Zizou. El 9 del Madrid se desvaneció en la semana en la que el equipo se jugó todos los títulos y apareció justo cuando ya no había nada en juego. Y apareció a lo grande. Si alguien pensaba que, ahora sí, el club se iba a decidir a venderlo para fichar a un goleador, que total armadores de juego ya tiene, pues el gato ha aprovechado una de sus tantas vidas y se ha hinchado de goles contra equipos y partidos inútiles para asegurarse que su presencia sea lo único definitivo en esta revolución, si es que de verdad se le puede decir así.

En fin, a los madridistas es mejor aconsejarles que no se vayan a venir arriba con la revolución que ha prometido Zidane. Nuevamente, salvo algún cambio de ruta en el verano, nada hace pensar que será una panacea a la forma en que se cerrará este ejercicio. @mundiario

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