Vettel domina el Gran Premio de Singapur tras la 'incomparecencia' de Mercedes
El piloto alemán logra la tercera victoria de la temporada mostrando un sólido dominio de principio a fin, los Mercedes no muestran mejorías con Hamilton abandonando.
El piloto alemán logra la tercera victoria de la temporada mostrando un sólido dominio de principio a fin, los Mercedes no muestran mejorías con Hamilton abandonando.
Corría un ya lejano mes de Diciembre de 2.014, Maurizio Arrivabene se levantaba en la cena de navidad de Ferrari, era el momento de arengar a la tropa. Una arenga necesaria tras varios años de decepciones y un último semestre plagado de purgas tratando de poner nombres a los responsables del fracaso. Sus palabras eran elocuentes, “ganar dos carreras sería un éxito, tres rozaría la perfección, y si ganamos cuatro correré descalzo por las colinas de Maranello”. Esa promesa se confirmaba en Febrero durante los test de Montmeló, una promesa que sonaba a la venta de humo habitual en pretemporada. Esa venta de humo que espantó a un Fernando Alonso, harto de escuchar cantos de sirena, seducido por la melodía samurai que Honda trataba de sintonizar en McLaren.
Ocho meses después, los resultados saltan a la vista, Vettel ha logrado la tercera victoria de la temporada, una victoria sólida, sin contratiempos ajenos y sentando cátedra. Por su parte Alonso ha visto como su McLaren sencillamente se cansaba de andar, esta vez porque el cambio tenía “calor”. Mientras Arrivabene va reservando cita con el podólogo y revisando las rutas de las colinas de Maranello, ahora es Alonso el encargado de la máquina de vender humo. Y es que en Singapur prometían batalla, y cierto que la hubo, aunque la disputaron otros.
La salida
Nueva salida sin ayudas, y nuevo sobresalto, en esta ocasión era Verstappen el que no lograba poner en movimiento su Toro Rosso. Detenido en la octava plaza lograba ser superado por toda la parrilla sin sobresaltos. Por delante pocos cambios, los muros en Singapur están muy cerca, y nadie observó la necesitad de comprobar su dureza. Sorprendía el conservadurismo de los Mercedes, que parecían esperar momentos más propicios. Por delante Vettel no esperaba a nada ni a nadie, en una primera vuelta que llevaría al diván al resto de la parrilla le dejaba 3 segundos de recuerdo a Ricciardo, para que fuese meditando como iban a ir las cosas.
A partir de ahí la carrera se volvía anodina, con las distancias muy marcadas y los Mercedes dejando patente que en Singapur ya “no me gusta”. Rodando en 5ª y 6ª plaza y perdiendo más de un segundo por vuelta con Vettel los objetivos eran otros, tocaba vigilar a Bottas por los espejos.
Undercut?
Está totalmente confirmado que en McLaren no leen esta humilde columna. En la vuelta 11 Alonso rodaba undécimo, muy pegado a Pérez y con Sainz a su estela. Ante la evidente imposibilidad de adelantar por velocidad en pista, los chicos de Woking, decidían preparar un Undercut. Sí, esa maniobra que consiste en parar una vuelta antes, hacer un pit frenético, y superar al piloto que llevas delante cuando para una vuelta después. Simplificando, lo que Mercedes le hace siempre a Williams cuando están delante por casualidad. Pero ha quedado claro que McLaren no es Mercedes ni Force India es Williams, aunque esto último no hizo falta comprobarlo. Entraba Alonso al pit como una exhalación, subiéndose por los pianos y sintiéndose un piloto que aspira a hacer cosas. Hasta que una rueda se quedaba trabada en la pistola, parada lenta que para más inri le obligaba a perder 3 segundos extra al tener que dejar pasar el tráfico del pit. Lo mismo le sucedía a Sainz, en Toro Rosso decidían copiar a McLaren obteniendo idéntico resultado.
Pero esta ronda de repostajes no pasaría desapercibida, Massa salía como un obús a pista, hasta que se encontraba a Hulkemberg en plena trazada. El alemán no cedía un milímetro, con lo que el toque fue inevitable, Hulkemberg acababa en las protecciones, y el Saffety virtual se activaba. Ante la imposibilidad de limpiar la pista, se despertaba a Maylander de la siesta, y el safety real saltaba a pista reagrupando la carrera. Entrada masiva a boxes, y nueva esperanza de ver algo de movimiento.
Tetracampeón
Al relanzarse la carrera quedaba claro que hoy Vettel tenía activado el modo tetracampeón y la calculadora a pleno rendimiento. En el nuevo lanzamiento optaba por marcar una mínima diferencia, para conservar ruedas y que Ricciardo tuviese que estar también pendiente de lo que Raikkonen pudiese intentar por detrás. El finlandés con Hamilton tras él, consideraba suficiente comprobar como el Mercedes se hacía cada vez más pequeño en sus retrovisores.
Ante tanta pasividad Vettel arrojaba la calculadora por la borda y se ponía en modo de combate, para no perder la costumbre. Cuatro vueltas de furia le servían para labrar una ventaja de más de cuatro segundos, y poder admirar las luces de colores de Singapur con tranquilidad. Una tranquilidad que en esta carrera no ha visitado el box de Mercedes, en la vuelta 28 Hamilton perdía potencia de forma alarmante. Un problema en el acelerador le impedía ir a fondo, lo que le haría perder puestos en cascada hasta ser rebasado por los Manor. Visto lo visto optaba por el abandono, un camino por el que le seguiría el McLaren de Alonso en la misma vuelta.
Espontáneo en pista
Con la carrera nuevamente estabilizada, las banderas amarillas ondeaban con furia el en segundo sector. Un espontáneo había saltado a pista y se daba un placentero paseo pegado a la valla. Dirección de carrera decidía desplegar el Saffety car, en el momento que el espontáneo debió descubrir que ése no era el camino hacia el baño y abandonaba la pista. Nuevas carreras en boxes, y reagrupamiento del pelotón. Con el pelotón agrupado y el límite de las dos horas presente, se relanzaba la carrera sin esperar a que los Manor se desdoblasen. Así en tercera y octava plaza del paquete, se convertían en chicannes móviles para desesperación de los pilotos.
En el relanzamiento Vettel volvía a escaparse hacia la victoria sin dificultad, mientras que por detrás todo el mundo parecía concentrado en llegar hasta el final. Todo el mundo menos los Toro Rosso, que tras montar ruedas blandas se enzarzaban en una cabalgada descomunal. Así Verstappen, seguido de Sainz nos regalaban un recital de adelantamientos al límite. Así superaban a los dos Sauber y a los dos Lotus, con pasadas al límite de los muros. Hasta que se encontraban con Pérez, otra historia, Verstappen no lograba encontrar el hueco, mientras Sainz pedía por radio una oportunidad. Una oportunidad permitida por Tostz, pero incumplida por Verstappen, el holandés no cedía la posición. Habemus lío.
Spanish F1
Tras el desalojo de Merhi en Manor a manos de Rossi (ayer me dio por llamarle Scott), todos los ojos estaban pendientes de Sainz y Alonso. El asturiano anunciaba batalla en un circuito favorable a las carencias de su McLaren, mientras que Sainz aspiraba a que su Toro Rosso le dejase soñar. En el caso de Sainz podríamos hablar de suerte desigual, en el primer repostaje perdía un precioso tiempo al quedarse atascado en el pit. Por si fuese poco, en el primer Saffety Car, el cambio se quedaba en neutro, dejándolo en penúltima posición. Una espina que lograría quitarse con un final de carrera espectacular y a la altura del talento que promete.
El caso de Alonso empieza a ser lo habitual, cuando el circuito no es favorable, el coche aguanta, cuando sí lo es, se rompe. Una nueva avería en el McLaren le obligaba a abandonar cuando rodaba noveno. Button lo haría unas vueltas más tarde. La próxima carrera es en el circuito de Suzuka, propiedad de Honda, queda una semana para que el ridículo se traslade a la casa del proveedor de motores.