Terminó por fin la temporada y el palco del Real Madrid se mantiene callado

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. / RR SS
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. / RRSS.

La Junta Directiva se ha bebido la sangre de entrenadores y jugadores antes de tener el coraje de salir aunque sea a pedir perdón.

Terminó por fin la temporada y el palco del Real Madrid se mantiene callado

Terminó finalmente la peor temporada que se le recuerda al Real Madrid en años. El descalabro fue estadístico, pero también en imagen y en la forma en la que se perdió todo: en una semana, dos títulos frente al eterno rival y todo en el Santiago Bernabéu, que disfrutó apenas de un gol en tres juegos y encima éste no sirvió de absolutamente nada. Rodaron las cabezas de dos entrenadores y rodarán la de muchos jugadores, o así se espera, pero en el palco nadie dice ni pío.

La Directiva del equipo fue la encargada de "planear" la temporada y "confeccionar" la plantilla. Se pone entre comillas porque visto lo visto parece que no hubo ni una ni otra cosa. Ellos fueron los de la gran idea de vender a James, Álvaro Morata y otros jugadores para apostar por un puñado de jóvenes que, salvo alguna excepción como Marcos Llorente o Jesús Vallejo, nunca mostraron nada lo suficientemente importante como para vestir esta camiseta. Y lo que es más, mandar a volar a Cristiano Ronaldo como si se tratara de un jugador irrelevante para darle la batuta del equipo a dos hombres con temperamento de reptil como Gareth Bale y Karim Benzema, el primero envuelto en su realidad exclusiva de súper estrella que solo él cree y el segundo un vividor que se enaltece de goles y exhibiciones en partidos que no sirven para nada.

El hecho de que nadie haya sido capaz de enderezar el rumbo, ni fichajes, ni jugadores jóvenes y ni tan siquiera entrenadores experimentales refleja que el inicio de todo viene desde el palco. Y es también el palco el único que ha guardado silencio, encogido ante la humillación que representaría admitir la culpa de todo lo que ha pasado. Menos mal que el club cuenta con jugadores y entrenadores de los que se pueda seguir bebiendo la sangre y evitar comparecencias o vergüenzas como pedir perdón por hacerlo todo absolutamente mal. @mundiario

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