Tebas y Roures, el lazo

El ultraderechista Javier Tebas. / Mundiario
Javier Tebas preside la LFP.

¿Girona - Barça en EE UU? Sin duda la idea es de un genio independentista al que Javier Tebas, más español, monárquico y creyente que los Reyes Católicos, le sirve de coartada perfecta.

Las noticias que avanzan que LaLiga prevé disputar en EE UU el encuentro Girona-Barcelona y que pagará a los abonados gerundenses los gastos del desplazamiento y estancia, abre, entre otros, el debate sobre su legalidad en lo deportivo, su justicia en lo social, su conveniencia en lo institucional y su acierto en lo político.

Deportivamente no se sostiene porque desvirtuaría la competición. El reglamento prohíbe modificar la condición de local de un equipo en beneficio de otro, salvo por cierre federativo del campo. ¿Acaso sería lo mismo para el Girona jugar en Montilivi con toda su gente a favor, que hacerlo de ‘local” en América en un estadio invadido por seguidores del equipo “visitante”? ¿Por qué no un Barça-Girona?

¿Se puede llegar a entender que se “amaña o facilita” un resultado? ¿Caben los recursos de los clubs que se sientan perjudicados? ¿Aceptarán ese señalamiento, amén del local, el resto de equipos, y en especial los que optan al título ... o pedirán que un Rayo-Madrid, un Getafe-Atlético o un Levante-Valencia, se dispute también en el exilio?

Parece una gran incongruencia que LaLiga, que ha puesto especial énfasis en perseguir “resultados irregulares”, creando un Departamento de Integridad, los facilite ahora y no se inspire en la Premier, que nos la ponen siempre de ejemplo, y que, por alguna poderosa razón, quizás la que argumentamos, no se decidió antes por hacerlo en China o Singapur. 

En el extranjero sólo puede llegar a disputarse una final de la Supercopa a partido único, si se modifica la reglamentación actual que obliga a disputarla a doble partido. Para ello se necesita, inexcusablemente, el acuerdo de la Asamblea General de la FEF, organizadora de la competición y en la que recae, en exclusiva, la competencia normativa.

Y si en el aspecto deportivo se vulnera la reglamentación, en el campo social se le hurta a los abonados, y también a la ciudad, el partido más atractivo de la temporada, con lo que eso significa para el aficionado, las Peñas, el turismo, la hostelería, el comercio... de esa localidad. Eso sí, toman la decisión sin contar con ellos, pero, como las Hermanas Ursulinas, los llevan de excursión... y les pagan charter, estancia y entrada en EE UU a todos, menos mal que no son los 50.000 béticos de los que también se hablaba para un Betis-Barça.

Una vez más se olvidan de que el fútbol vivió, vive y vivirá de los aficionados. Sin ellos estaría muerto porque sería un simple espectáculo al que se le ha robado el sentimiento. Con toda la razón alguien dijo que el fútbol primero fue deporte, después ocio, más tarde espectáculo, hasta que alguien dijo: “aquí hay negocio”.

Pero los problemas no quedan ahí. A los deportivos y sociales que generan la decisión de LaLiga, se suma el choque de trenes institucional. La FEF –y la AFE también– no está dispuesta a admitir hechos consumados, cuando legalmente le corresponde la decisión. Conociendo a los púgiles que aspiran al cetro nacional del peso gallo, no parece que la prensa sea el mejor vehículo para intentar el diálogo y la reconciliación de Luis Rubiales y Javier Tebas, enfrentados desde mucho antes del pesaje para esta pelea.

Apenas si se acercan los guantes deportivamente cuando el gong marca el inicio. Su boxeo no es el de los estilistas Galiana o Legrá para ganar a los puntos, sino el de los Uzcudun o Urtain que buscaban el KO rápido. La pelea será apasionante. En los primeros compases Tebas ha dejado al descubierto su flanco izquierdo –no es su fuerte– lo que aprovechó el zurdo Rubiales para un golpe seco que le ha valido para sumar los primeros puntos de la pelea. Tras el gong, que ponía fin al primer asalto, el árbitro le recuerda a Tebas que el reglamento tiene que ser respetado.

Este combate acaba de iniciarse, pero todo indica que va a ser cruento y muy mediático. Me recuerda el de Carrasco y Velázquez, que se destrozaron en una memorable pelea. Esperemos que no se reproduzca lo que significó un golpe durísimo para el muy brillante boxeo español de la época, que nunca se recuperó de aquella lucha fratricida.

Y, mientras se celebra el largo combate que nos espera, se vislumbra a lo lejos una tormenta política de proporciones inimaginables. Líbreme Dios de pensar que en la elección del partido haya podido influir la figura alargada de Jaume Roures –ese hombre que oye crecer la hierba– pero estarán conmigo en que es difícil encontrar dos contendientes y una disculpa mejor para poder subvencionar desde la LFP, con dinero semipúblico, y además en el país soñado, el mayor acto propagandístico que jamás hubiese podido soñar el independentismo catalán.

¿Se imaginan la llegada a un importante aeropuerto de EE UU de cien aviones y el discurrir por sus autopistas de trescientos autocares que llevarán a los millares de seguidores del Girona y del Barça camino de “la tierra prometida”? Sin duda la idea es de un genio independentista al que Javier Tebas, más español, monárquico y creyente que los Reyes Católicos, le sirve de coartada perfecta. Supone el nexo, el lazo –nunca mejor dicho– de unión entre los objetivos de LaLiga y de Mediapro. ¿Sólo económicos? Al menos uno de ellos estoy seguro que se alcanzará : se agotará el amarillo en la cuna española de lo textil. En Cataluña. @mundiario

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