La suspensión de la Segunda División no sería sorprendente con un criterio jurídico

Estadio Abanca Riazor. / Mundiario
Estadio Abanca Riazor. / Mundiario
La última jornada está viciada de ilegalidad. Se vulneró el derecho del Dépor y otros clubes a la igualdad competitiva y se infringieron las normas de las autoridades sanitarias. No resultaría nada sorprendente que el juzgado, al existir evidentes razones de urgencia, acordara la suspensión provisional.
La suspensión de la Segunda División no sería sorprendente con un criterio jurídico

Los servicios jurídicos del Deportivo de La Coruña se afanan para ultimar el recurso que deberán presentar en el correspondiente juzgado central de lo contencioso-administrativo. Parece que se van a solicitar del juez la adopción de medidas cautelares urgentes con la finalidad de paralizar el comienzo de la competición.

Una petición así se tiene que hacer en el mismo escrito de interposición del recurso y fundamentada en el riesgo de que la sentencia que se llegue a pronunciar quede sin objeto y en la solidez de los argumentos jurídicos de la pretensión principal del Deportivo.

La llamada “justicia cautelar” integra el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva. Es decir, no puede existir justicia material si no se evitan judicialmente a tiempo las consecuencias perjudiciales e irreparables de la ejecutividad de una resolución administrativa. Así se establece en el artículo 135 de las ley de la jurisdicción contencioso-administrativa para las llamadas medidas “cautelarísimas”.

Una legítima y fundada pretensión

Pocas dudas puede haber así del daño que produciría en los intereses del Deportivo el comienzo de una competición en la que el único club gallego ganador del título de Liga de Primera División tuviera que jugar en Segunda División B. Pero es que, además, el desarrollo de los hechos desde aquel infausto viaje del Fuenlabrada a la ciudad de A Coruña hasta llegar a la resolución desestimatoria del TAD, apuntan a una legítima y fundada pretensión del Deportivo.

La última jornada de la pasada Liga de Segunda está viciada de ilegalidad. Se vulneró el derecho del Deportivo, y otros clubes, a la igualdad competitiva y se infringieron las normas de las autoridades sanitarias.

Por todo ello, no me resultaría nada sorprendente que el juzgado, al existir evidentes razones de urgencia, acordara la suspensión provisional de la competición liguera. @mundiario

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