Siempre dos españas: sol-sombra, blanca-negra, pelotera-no pelotera...

Messi. / Anamaria T.
Messi. / Anamaria T.

Con sus hipocresías, intolerancias y  enfrentamientos; ahora con  motivo de la condena en juicio a un conocido futbolista: Leo Messi, del Barcelona.

Siempre dos españas: sol-sombra, blanca-negra, pelotera-no pelotera...

Ni la actualidad butbolera europea ha podido eclipsar el escándalo sobrevenido con motivo del procesamiento  y condena de un conocido pelotero que ejerce en España: Leo Messi, del Barcelona. Entre tertulianos, políticos, periodistas deportivos, aficionados y los propios peloteros hay división de opiniones, como casi siempre, incluidos los toros –tan de moda, desgraciadamente, hoy, por razón muy diferente- y sobre cualquier tema que surja en esta España siempre doble: blanca y negra, botica de abajo y botica de arriba, del norte y del sur, monárquica y republicana, de sol y de sombra.

Algunos de estos becerros de oro -idolatrados por sus fanáticos partidarios-, que con cierta frecuencia se comportan de forma caprichosa y ofensiva con colegas, árbitros, entrenadores, directivos de sus clubes y seguidores, han defraudado a los españoles. Lo tienen casi todo –me refiero a las plays, casaplones, coches, aviones privados y similares, porque tienen sus carencias, como todo ser humano- y quieren tener más.

Hay dos cuestiones que me llaman la atención en la estúpida polémica. La primera es la actitud comprensiva y exculpatoria de sus fervientes seguidores, con argumentos como: les han engañado los asesores, ellos se dedican a lo suyo o también roban los políticos. Olvidan que ellos mismos, sus defensores –que las pasan canutas para llegar a fin de mes-, si se demoran en el pago de la cuota de la seguridad social o de autónomos, de un impuesto o  de una multa, por ejemplo, son conminados al pago y embargados. También me pregunto si estos forofos tolerantes con sus ídolos de barro, son tan comprensivos con sus jefes cuando las  pasan canutas para llegar a fin de mes y les aplazan voluntariamente el cobro de sus salarios.

También me alucina la mezquina, pobre y absurda defensa utilizada por el último pelotero condenado: yo no entiendo, confiaba en mi papá, los asesores, los representantes, yo no tenía voluntad de engañar ...

Aún añadiría algo más: algunos directivos de estos peloteros usan como leña para hacer más fuego, el centralismo político, la inquina contra el nacionalismo, la animadversión de clubes competidores. El caso es quitarse la caspa de encima, aunque sea echándosela a los demás.

Triste, muy triste, lamentable, ¡qué pantalones más cortos se usan  en el mundo de los  peloteros!

Este mismo espectáculo se produjo algunos meses atrás, cuando los medios de comunicación sacaron a la luz el atractivo que para algunos selectos integrantes de la farándula tienen los paraísos fiscales. Algunos de esos mismos cómicos, aprovechando que el Pisuerga pasa  por Valladolid, despotrican a gritos  contra el IVA cultural, que los oprime e impide el desarrollo de su creatividad.

¡Cuánta incongruencia, cuánta hipocresía!

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