El Sevilla se perfila como un hueso difícil de roer

Los jugadores del Sevilla antes de recibir las medallas de la final de la Supercopa de Europa. / As
Los jugadores del Sevilla antes de recibir las medallas de la final de la Supercopa de Europa. / As

Lo demostró ante el Bayern y promete seguir haciéndolo de la mano de Julen Lopetegui. Por méritos y triunfos disputará la Liga de Campeones y por supuesto peleará en LaLiga y la Copa del Rey también.

El Sevilla se perfila como un hueso difícil de roer

En el papel o en las quinielas como suele decirse, seguramente estaba cantado que el Bayern Múnich se alzaría con la Supercopa de Europa, pues bien, el resultado no fue distinto a la previa, con un marcador de 2-1, los bávaros levantaron la cuarta copa de este 2020, pero no la tuvieron fácil contra un Sevilla FC que luchó hasta el final y  finalizó el partido con las botas puestas.

Para el cuadro de Nervión, esta fue una muestra de lo que les espera a sus rivales españoles y europeos, puesto que el Sevilla por méritos y triunfos disputará la Liga de Campeones y por supuesto peleará en LaLiga y la Copa del Rey también. El Sevilla se perfila como un hueso difícil de roer.

En la final europea, Julen Lopetegui apostó por una alineación titular integrada por; Bounou, Ocampos, Suso, Jordán, De Jong, Rakitic, Koundé, Jesús Navas, Escudero, Diego Carlos y Fernando. Una gran apuesta sin duda, con un once de gala para estas ocasiones, por supuesto, gran expectación por el debut de Rakitic tras el regreso al club de sus amores. Por su parte los bávaros saltaron al césped en Budapest con, Neuer, Süle, Pavard, Kimmich, Gnabry, Lewandowski, Sané, Goretzka, Lucas Hernández, Múller, Alaba. Los mismos que el pasado mes de agosto conquistaron la Liga de Campeones y además ganaron dos títulos en Alemania, la Bundesliga y la Copa.

Era un duelo de los campeones de las seis copas, puesto que ambos equipos llegaron a esta instancia con seis títulos europeos en su palmarés, recordemos que los andaluces se  impusieron al Inter de Milán en la final de la UEFA Europa League y levantaron su sexto título continental que los coloca como los máximos ganadores de ese certamen. Los alemanes por su parte, ganaron la sexta Champions, tras dominar al PSG en la final.

Si bien el partido pintaba para ser un duelo entre David y Goliat, la realidad es que Lopetegui y sus dirigidos saltaron al engramado sin miedo, con garra, pundonor y amor propio, ese es el Sevilla, que a los 12 minutos del partido Rakitic llegó al área rival,  fue derribado por Alaba y el auxiliar pitó la pena máxima. Ocampos fue el encargado de cobrar el disparo y no falló, se adelantaban los nervionenses, vaya sorpresa.

La respuesta de los teutones no se hizo esperar, si bien dominaban el partido y tenían a los andaluces arrinconados en su área, no habían podido encontrar el espacio hasta que, un pase por arriba de Múller sobre Lewandowski, toque atrás para la llegada de Goretzka que definió a placer y la mandó a guardar en el arco defendido por Bounou que nada pudo hacer.

En el segundo tiempo los andaluces entraron con más ímpetu y mayor creatividad, evitando quedarse atascados en su área propuso más juego. Al 56 Lopetegui decidió darle oxigeno al mediocampo y al ataque, por lo que ejecutó un doble cambio, salieron Rakitic y De Jong, para darle entrada a  Oliver Torres y En-Nesyri.

Nadie creería que el partido se mantendría igualado tanto tiempo, al 86 la tuvo el Sevilla, rozó la gloria En-Nesyri, quien tras un espectacular contragolpe quedó solo frente al portero del Bayern, pero Neuer sacó su mano milagrosa y detuvo el disparo del ariete sevillista y evitó el que quizás pudo ser el tanto ganador para Lopetegui y sus dirigidos. No se rindió el Sevilla y el partido llegó a la prórroga, pero a los 104 minutos del tiempo extra, Javi Martínez sumó el gol de la victoria para el cuadro muniqués, tras un saque de esquina de Kimich, fu despejado por los zagueros andaluces,  Alabé disparó al arco tras el rebote,  el portero Bounou logró despejar el disparo, pero Javi Martínez metió la cabeza para mandar el balón a la jaula.

Se reanudó la segunda parte de la prórroga y el Sevilla no bajó los brazos, otra clara llegó tras un centro de Navas desde el carril diestro que cayó en las botas de En-Nesyri, pero nuevamente el delantero desperdició la oportunidad y se hizo un lío, que dejó sin chance a su equipo. El Bayer Múnich se consagró como el monarca de Europa, tras conquistar la Liga de Campeones y la Supercopa, títulos que ostentará hasta el año que viene, pero además seguirá siendo uno de los rivales más temibles en las noches europeas. Y lo dicho: el equipo sevillista se perfila como un hueso difícil de roer. @mundiario

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