Baño de realidad

Jugadores del Real Madrid. / RRSS.
Jugadores del Real Madrid. / RRSS.

El CSKA Moscú ha dejado en ridículo al Real Madrid tras golearlo 0-3 en el Santiago Bernabéu. Pese a haber salido con un 11 alternativo, no se explica semejante papelón del conjunto merengue jugando en casa. ¿Hay crisis?

El Real Madrid ha hecho un ridículo histórico en el Santiago Bernabéu. Un auténtico papelón y un completo baño de realidad de aquellos. Cierto es, que el conjunto merengue salió con un equipo alternativo plagado de suplentes –entre ellos, Vinícius, Marcos LlorenteVallejo y si nos apuramos, Isco–, pero hay cosas que no puede permitirse la escuadra madrileña y entre tantas, encajar tres goles –y no ser capaces de anotar ninguno, ojo– en casa claramente es una de ellas.

0-3, en el Bernabéu, ante el CSKA Moscú: una noche para el olvido... y pa' casa, eso sí, con el pase a los octavos en el bolsillo. Pero poco más. ¿Cuestión de actitud... de fútbol? Hoy, se vio un equipo al que no le sobraban tanto las ideas que digamos, un equipo fuera de sí que vio como en 6 minutos el partido se les venía encima. Y es que ese fue justamente el tiempo que necesitó el cuadro ruso, que no se jugaba algo más que el honor, para encaminar el partido.

Dos contras, dos goles. La primera parte del Real Madrid, marcada por un fútbol bastante espeso lejos de las jugadas de Vinícius y los disparos esporádicos de Asensio, se vio sobresaltada por dos contras letales del CSKA. La primera, al minuto 36, que rubricó Chalov con un remate de zurda imposible para Courtois. Y la segunda fue apenas 6 minutos después, a los 42 minutos de compromiso, cuando Shchennikov, tras coger el rebote de su primer disparo, la mandó a guardar al fondo de la red.

Sorpresa en el Bernabéu y todavía faltaba la guinda. La afición empezaba a calentarse y a mostrar su descontento respecto al bochorno que presenciaban. El equipo se marchó al descanso entre pitos.

En el segundo tiempo, Solari respondió dándole entrada a Bale y sentando a Benzema, y luego ingresó Kroos en lugar de Llorente. Los merengues lo intentaron en la segunda mitad, pero con mucha menos claridad que en los primeros 45 minutos. Fue una pesadilla para el madridismo: el galés, que había saltado al terreno para enfrentar a un equipo que supuestamente se iba a encerrar en su área, acabó con molestias en el tobillo; Isco, enfadado con la afición luego de haberse encarado con la grada tras los pitos en su contra; y el Real Madrid encajando el tercer gol (Sigurdsson, al 73) que confirmó la alarmante fragilidad defensiva de los blancos.

Lo más rescatable, si se quiere, es que, pese al ridículo que hicieron, los merengues no perdieron el liderato del grupo, una plaza que ya antes de disputar el encuentro estaba asegurada, por lo que la casa blanca será cabeza de serie en el sorteo de octavos del próximo lunes. ¿Empezamos a hablar de crisis? @mundiario

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