¿Quién se acuerda de la candidatura olímpica de Madrid 2020?

Miguel Delibes, autor de Un mundo que agoniza
Miguel Delibes, autor de Un mundo que agoniza

La llama olímpica no prendió. Sin embargo, otras incineran los bosques del país de norte a sur. Triste habitualidad del periodo estival significada en la pérdida del patrimonio natural.

¿Quién se acuerda de la candidatura olímpica de Madrid 2020?

Las pavesas gravitan sobre el municipio coruñés de Carnota. El simbólico monte de O Pindo es una mortaja ennegrecida. El silencio grita en la descarnada piedra, que aún humea, enfebrecida por el fuego devastador. Los últimos reductos de vida vegetal crepitan débilmente –la animal permanece en doloso silencio- en la liquidación final. Los bosques gallegos comprenden el 44 por ciento de la masa forestal de España. Rememoro la hermosa obra de Wenceslao Fernández Flores, El bosque animado. Les animo a disfrutar de unos pasajes literarios que les reconfortarán y aliviarán de tanta pesadumbre, "La fraga es un tapiz de vida apretado contra las arrugas de la tierra; en sus cuevas se hunde, en sus cerros se eleva, en sus llanos se iguala. Es toda vida...". La magia de esta obra redunda en ese halo intimista con el que la fraga, nos acoge. Lar dichoso de la espesura esplendorosaen la que cohabitan personajes tan realmente fantásticos como reales. Donde el halo de pureza es idéntico para la alegría y el dolor, y del que no queremos desprendernos durante su lectura yuna vez que cerramos el libro sobre el pecho.

 

El crítico asunto estival que, año tras año, sacude la Península Ibérica contiene, a pesar de las altas temperaturas que alcanzan los incendios, datos escalofriantes. Según determina la página web España en llamas -gestionada por la Fundación Ciudadana Civio-, entre los años 2001 y 2011, se produjeron 187.239 incendios . Siendo la superficie calcinada de 1.239.524 hectáreas. Si estas cifras resultan delirantes, no lo es menos -según esta misma fuente-, el sumo oscurantismo de las administraciones públicas en revelar los presupuestos destinados a la previsión, extinción e investigación de los incendios forestales.

 

Miguel Delibes, en su discurso de ingreso en la RAE -Real Academia Española de la Lengua-, en el año 1975, no hizo resalte ni compostura literaria afecta a la ferviente muestra academicista. Quebró ese principio y compuso un concienciador alegato en defensa de la naturaleza, que posteriormente fue publicado bajo el título, Un mundo que agoniza. El autor de El camino, argüía porque los personajes de sus obras rehusaban vivir en un mundo en el que la naturaleza quedaba supeditada al beneplácito económico y el consumismo exacerbado. El propio autor era un simple recadero de las opiniones y reflexiones de aquellos: "Mis personajes no son, pues, asociales, insociables ni insolidarios, sino solitarios a su pesar. Ellos declinan un progreso mecanizado y frío, es cierto, pero, simultáneamente, este progreso los rechaza a ellos, porque un progreso competitivo, donde impera la ley del más fuerte, dejará ineludiblemente en la cuneta a los viejos, los analfabetos, los tarados y los débiles". En sus diez capítulos expone el terrible futuro que nos espera. Con un carácter premonitorio -su publicación en 1975 no despoja a la obra de plena vigencia en el umbral de siglo XXI-, el progreso ahoga la mera posibilidad de asentar otras bases alejadas del materialismo. No es un posicionamiento inmovilista, pero sí aleccionador y crítico sobre las razones – o sinrazones- por las que el progreso, para llamarse a sí, debe acabar con la naturaleza.

 

La nula funcionalidad de las obras olímpicas ha convertido a Madrid, en una de las mayores resevas de Elefantes blancos. Sobre estas faraónicas y desalmadas construcciones, descansa ese ilusorio asunto que pareció contener el espíritu nacional hace escasas semanas. La presunta humillación sufrida parece habernos llevado al olvido de lo que fue una vanidosa pompa de jabón. El pebetero olímpico no elevará su llama ceremonial, como así vaticinaban los mejores presagios. Donde las llamas no se extinguen y continúan elevándose hacia el cielo, es en los montes donde los incendios no cesan, pero, ¿Quién se acuerda de la candidatura olímpica de Madrid 2020...?

 

 

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