¿Pacto o imposición en el Pacto de Viana?

Luis Rubiales, Irene Lozano y Javier Tebas en el Palacio de Viana. / CSD
Rubiales, Irene Lozano y Tebas en el Palacio de Viana. / CSD
¿Contaba Javier Tebas con la autorización de los clubs para renunciar a más de 200 millones de sus ingresos?¿Consiguió algo trascendente a cambio? 
¿Pacto o imposición en el Pacto de Viana?

Estaba perfilando un artículo sobre la reestructuración de la 2º B, muy distante de la fórmula ilegal que se baraja, cuando el CSD anunciaba que FEF y LIGA llegaban a un acuerdo. La bomba informativa aparcaba mi idea inicial porque la actualidad se imponía, al igual que se imponía que ese “acuerdo” de Viana se debía titular “Alejados”, a la vista de las fotos de los actores. La alegría lógica de firmar un acuerdo tan importante estaba ausente. Tan solo destacaba la mirada picarona de la vencedora en el “encuentro”.

A pocos metros de la sonrisa de Irene Lozano, chocaba el gesto triste y pensativo de Javier Tebas, como si recordase que esa foto nada tenía que ver con la triunfal de hacía unos años con Cardenal en el CSD y como asumiendo que había equivocado su estrategia al ridiculizar a Luis Rubiales. Parecía admitir en su interior que había cometido graves errores, que los debía sufrir él ... y los debían pagar los clubs.

En esta ocasión, el precio era muy elevado. Un inesperado mordisco de más de 200 millones de euros a esa tarta que, unas veces, nos presenta a un fútbol justo y otras un fútbol solidario a la fuerza.

Hoy, por una parte, tengo que celebrar que LaLiga haga justicia y abone una vieja deuda con la FEF, que ya viene del mandato de Ángel Villar. Si, puedo certificar –porque era vocal de la FEF al igual que Luis Rubiales– que Villar pactó retirar varios recursos, que ponían en peligro la aprobación por los políticos del Real Decreto, a cambio de la promesa de LaLiga, refrendada en esa junta directiva por numerosos presidentes de 1ª y 2ª División, de aumentar del 1% al 2% la participación de la FEF en los derechos de TV, en el texto definitivo del Decreto, pero LaLiga nunca cumplió.

Otra cosa, bien distinta, es aceptar esa especie de extorsión, ese “revolucionario impuesto” al fútbol, con el silencio cómplice y sistemático de algunos presidentes. Me rebelo contra el incremento de esos 150 millones de euros que percibirá el CSD, publicitado como gesto “solidario” de LaLiga... cuando estoy seguro que la iniciativa no ha partido de ese fútbol, que , históricamente aparece como protector de todo el deporte español por mandato político-legal, primero con La Quiniela –el régimen franquista repartía, gran parte de los beneficios entre Federaciones y Diputaciones, a través de la DND– y, ahora, en democracia, sumándose al 1X2 la TV de los clubs, y haciéndoles llegar los importes a los distintos estamentos a través del CSD, vía PGE.

Y eso no. Debe quedar claro que el deporte es una obligación constitucional del Estado, un derecho básico de los españoles. Los amantes del deporte exigimos que sean los Presupuestos Generales Estado (PGE) los que garanticen una aportación pública acorde con el alto nivel de nuestras federaciones y deportistas, que tantas alegrías dieron a gobernantes y a ciudadanos, lo que no obsta para que el fútbol, de forma totalmente libre, decida ayudar a otros deportes y deportistas, como ya hace. Dicho esto, veamos si “con este pacto todos ganan, nadie pierde”, según Lozano.

Acierta la Secretaria de Estado para el Deporte en lo ventajoso del acuerdo para el CSD. LaLiga va a aportar en 2020 a las federaciones más que el Estado. Increíble pero cierto. Va a incrementar la aportación anual, a partir de este ejercicio, en cerca de 50 millones de euros para el rescate de federaciones, amén de crear un fondo de contingencia de 10 millones de euros para ayudar a deportistas en situación vulnerable.

Acierta la Presidenta del CSD al asegurar que el acuerdo es beneficioso para la FEF. Va a recibir, no solo ese 1% del importe de los derechos de TV, unos 70 millones de euros en el periodo, prometido hace años a Villar. El Real Decreto zanjará también a su favor la gran controversia que se libraba entre FEF-LIGA al concederle los derechos de TV sobre la 2ª B, el fútbol femenino y el fútbol sala.

No acierta, en cambio, Irene Lozano al sentenciar que también gana LaLiga en el “Pacto de Viana”, porque, aparte de lo que ya apuntó la Presidenta de “una imagen solidaria”, por mucho que escudriño no alcanzo a ver otro beneficio que no sea ese gesto de buena voluntad de “volver a entrenar cuando así lo decida la autoridad sanitaria” (sic).

A la vista de ese somero análisis de la situación me asaltan multitud de preguntas, pero apuntaré unas elementales que nos hacemos todos.¿Contaba Javier Tebas con la autorización de los clubs para renunciar a más de 200 millones de sus ingresos?¿Consiguió algo trascendente a cambio? ¿Se pensó en muchos clubs que van a depender en un 90% de los derechos de TV, al tener que devolver parte de sus ingresos por abonos de 2019-20 y que renunciar hasta 2021 a taquillas y abonos del próximo ejercicio? ¿Cómo reaccionarán los trabajadores enviados a un ERTE?

Y ¿por qué no se aprovecha la modificación del Real Decreto para reparar el daño causado de inicio a la 2ª División y se mejora la actual proporción (90-10) sobre la venta de los derechos de TV, a una mucho más justa distribución del 80% para 1ª División y un 20% para 2ª División? ¿Saldrán del fondo común los más de 200 millones? Sería penoso que se tocase el ya ridículo 3,5% de Apoyo al Descenso.

Lamento, por lo expuesto, no poder estar de acuerdo con la indiscutible triunfadora, Irene Lozano, en su debut en una plaza tan difícil, pero no puedo aceptar que diga que “en el Pacto de Viana todos ganan" y que "no existen vencedores ni vencidos”. Nadie duda hoy que dos ganan mucho y uno lo pierde todo. De ahí mi pregunta a Lozano, Rubiales y Tebas: ¿qué se produjo en Palacio, una reunión o una encerrona? Querido lector, sinceramente ¿crees que lo de Viana fue pacto o imposición? @mundiario

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