Los otros cuatro responsables del descalabro que sufre el F.C. Barcelona

Andrés Iniesta. / Twitter.
Andrés Iniesta. / Twitter.

En el enredo entre Neymar Jr., Neymar Padre y el PSG hubo muchos que pudieron haber hecho más para evitar que la situación llegara hasta donde está actualmente.

Los otros cuatro responsables del descalabro que sufre el F.C. Barcelona

El culebrón generado por el fichaje de Neymar por el PSG ha dejado muy tocados a todos en el Barcelona. El equipo vivió durante semanas el temblor que provocaron los rumores y maniobras tanto de ambos equipos como del mismo padre del jugador, quien se ganó a pulso ser uno de los personajes más nocivos que han pasado por los despachos del Camp Nou. Al final, el jugador terminará vistiendo la camiseta de los parisinos, pero lo cierto es que hubo un par de personajes que pudieron haber evitado, sino la partida del paulista, cuando menos un par de dolores de cabeza a los jugadores y aficionados. A continuación, los cuatro rostros que se vieron muy mal en toda esta novela:

1-    Lionel Messi y Andrés Iniesta

Son dos de las vacas sagradas del equipo y líderes dentro del campo por motivos de los que no es necesario discutir. No obstante, cuando se trata de liderazgo, de manejo de crisis y de temas que no tienen nada que ver con el fútbol, la cinta de capitán les queda muy grandes a ambos. Lo que tienen de talento les falta de carácter.

El vestuario del equipo necesita urgentemente un referente de personalidad, un jugador que sepa poner en su lugar a los suyos, alguien que imponga orden y respeto en los momentos tensos, como los vividos por este alboroto de Neymar. Cuando el brasileño se encaró y peleó con Semedo, Iniesta y Messi se apartaron a un más que discreto segundo plano, dejando en responsabilidad de los demás que alguien apagara ese fuego. Lejos han quedado los tiempos de Carles Puyol como el jugador que empujaba a sus compañeros en los momentos difíciles. Esa falta de un líder de disciplina y carácter se evidencia también en el descontrol de Gerard Piqué cada vez que ve algo que no le gusta.

2-    Ernesto Valverde

La situación del equipo es tan delicada que no se sabe qué pasará a partir de agosto hasta mayo, cuando se termine la temporada. No obstante, si hay alguien con quien se tendrá que ser moderado en la crítica es con Valverde. El entrenador llegó al equipo a finales de mayo y, en un parpadeo, la situación se salió de control. No es su culpa, porque él obviamente contaba con Neymar –cómo no contar con él-, pero pese a que él apenas tuvo incidencia en este caos, sí que pudo, y debió, haber hecho algo más.

El entrenador apenas ha dado señales de vida entre todo este terremoto. Eso debe ser una señal no menos que curiosa para el entorno del Barcelona, que sin capitanes de carácter y un entrenador que no dio la cara en la primera gran crisis del equipo, hace falta ver quién toma el mando cuando el equipo entre en un bache de resultados, como le pasa a absolutamente todos los clubes, pero especialmente a uno que de un día para otro se encontró a sí mismo sin querer en un proceso de reconstrucción que no hubieran anticipado.

3-    La cúpula directiva

El Barcelona es uno de los equipos más poderosos del mundo a día de hoy. Sus vitrinas han recibido religiosamente trofeos todos los años desde 2009 (omitiendo el insípido año de Gerardo Martino en el banquillo). Con todo, el equipo ha perdido todo el respeto de absolutamente todos.

Han fichado jugadores que han quedado muy por debajo de las expectativas por cantidades que, visto el rendimiento de sus refuerzos, son no menos que ridículas; hombres como Neymar padre, que no pinta nada en lo deportivo, se aprovechan de ellos cobrándoles fuertes primas y desatando problemas legales para el club; encima de eso, sus jugadores, esos que besan el escudo siempre que anotan, renuevan y se suben el salario cada vez que se les da la gana; y por si todo eso fuera poco, los demás equipos no tienen ningún problema en coquetear con sus figuras para intentar llevárselos sin que la directiva haga algo. La administración de Josep María Bartomeu es un auténtico desastre. Más allá de los títulos que levante, el Barcelona ha perdido el respeto de la comunidad internacional del fútbol y no sería de extrañar que muchos de los pesos pesados del equipo emprendan un éxodo en las próximas temporadas, conscientes de que pueden hacer con el Camp Nou lo que se les antoje.

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