Neymar Jr. aquel niño berrinchudo que se niega a ser un jugador grande

Jugadores del PSG presencian la expulsión de Neymar el domingo ante el Marsella. / Twitter
Jugadores del PSG presencian la expulsión de Neymar el domingo ante el Marsella. / Twitter

Su lamentable expulsión el fin de semana contra el Olympique de Marsella deja en evidencia al delantero, quien le ha vuelto a fallar a su equipo.

Neymar Jr. aquel niño berrinchudo que se niega a ser un jugador grande

Desde que llegó al PSG, Neymar Jr. Ha jugado 11 partidos, ha anotado 10 goles y ha dejado siete asistencias para sus compañeros. El brasileño se siente a sus anchas en París, jugando en una liga cuyo nivel le hará recordar a los que le enfrentaban en el campeonato brasileño cuando jugaba en el Santos. Ha dejado atrás las burlas que le tachaban de ser el nuevo Robinho y se ha consagrado como un jugador de verdad. No obstante, y a pesar de sus ruletas, lambretas y maniobras tan bonitas para la grada que tanto le gustan, lo cierto es que el delantero sigue sin ser lo que se necesita para ser considerado uno de los mejores: un auténtico líder.

Repasando su historial en momentos de dificultad, Neymar apenas ha asomado como un jugador de esos a los que sus compañeros se pueden acercar en los momentos en que todo parece salirse de control. Gusta de hacer piruetas y payasadas cuando va ganando, dejar caños repartidos entre los rivales y otros tantos adornos porque total, con el rival perdiendo por un par de goles, lo más obvio es que el niño no encuentre una mejor forma en qué entretenerse. Ya lo hacía en el Barcelona, pero ahora se relame en la Ligue 1, en donde no tiene rivales que le sirvan para exhibir algo de madurez.

El domingo tuvo su primera prueba de verdad en el ejercicio actual e hizo justo lo que acostumbra en los momentos de alta tensión: eclipsar su talento con su carácter. El partido contra el Olympique de Marsella era uno con trampa para los de Unai Emery, que sufrieron los 90’ para salvar un 2-2 gracias a Edinson Cavani, quien sin abrazitos y besitos de Nasser Al-Khelafi ni la parafernalia con que le gusta adornarse a Neymar, apunta a ser el verdadero líder del prometedor proyecto parisino.

Con Kylian Mbappé todavía muy tímido para asomar la cabeza en medio del incendio, Cavani remedó la expulsión temperamental de Ney, quien volvió a dejar en evidencia que por muchos goles y asistencias que deje, su temperamento y carácter distan mucho de los de ser un verdadero líder y un guía espiritual para sus compañeros. El PSG titubeó por segunda semana consecutiva en una liga que debería ganar con los ojos cerrados, y perdió a su mejor jugador de cara al partido contra el OGC Niza, uno de los pocos de la liga que puede meterlos en algún lío.

De Neymar podrán decirse muchas cosas, pero le falta para ser un Miroslav Klose, que sin bulla ni brillo aparecía en los momentos indicados para salvar a su selección con algún decisivo; o Ronaldo Nazario, que derrochaba magia en cualquier rincón del campo y jugaba siempre los partidos decisivos porque ello era más importante que hacer algún berrinche de súper estrella. El brasileño es un jugador de verdad, pero no está ni cerca de ser un líder. Ni cerca de ser un jugador al que sus compañeros acudan en los momentos de dificultad.

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