España precisa más argumentos para la remontada económica que para las remontadas futbolísticas

La falta de recursos demostrada por el Real Madrid y el Barça les deja fuera de Europa. Esperemos que nuestros políticos sean capaces de remontar en el ámbito político y económico.
España precisa más argumentos para la remontada económica que para las remontadas futbolísticas

Wembley Stadium

La Champions no hablará español... / Brent Flanders vía Compfight

En un país como el nuestro, en el que todo se paraliza en cuanto un balón de fútbol empieza a rodar, hemos pasado dos días en los que se ha aparcado la terrible situación política y económica que estamos atravesando, para centrar todos nuestros esfuerzos en que tanto Real Madrid como Barça consiguiesen remontar sus eliminatorias de Champions League contra, ¡oh casualidad!, los enemigos que llegaron desde la todopoderosa Alemania.

Ahora mismo recuerdo el chascarrillo que estuvo circulando estos días por las redes sociales antes de ambos encuentros, y que relataba la siguiente conversación que mantenían un ciudadano con su hada madrina:

-          Buf, es terrible, ya hemos superado los seis millones de parados…

-          ¡Tatachán! ¡Soy tu hada madrina y vengo para convertir en realidad uno de tus deseos!

-          ¡Coñó, qué bien!1 ¡Pues quiero conseguir la remontada!

-          Hombre, yo creo que con los seis millones de parados…

-          ¿No me has entendido? ¡Te he dicho que la remontada! 

Aunque no deja de ser un chiste, sí que es cierto que esta semana el protagonismo informativo lo han tenido dos partidos de fútbol, en los que los aficionados españoles tenían la esperanza de llevarse una alegría, aunque al final acabaron convirtiéndose en unas grandes decepciones, ante la alarmante falta de argumentos para conseguir las tan deseadas remontadas.

Así el Real Madrid presentó con gran baza para superar al Borussia recurrir al espíritu de Juanito, en lo que ya viene siendo una demostración del reconocimiento de una inferioridad ante el rival, al dejar al margen cualquier argumento futbolístico para apelar a términos tan rancios, como el escudo, la épica, la garra, la gesta o la leyenda. De toda formas y apelando a la heroica (otra expresión trasnochada), estuvo a un solo gol de voltear la eliminatoria y de haberse clasificado para disputar la final en Wembley.

En la segunda semifinal, un Barça irreconocible recurrió a la versión más inofensiva del tiki-taka para acabar aplastado ante el empuje del Bayern. Además ante la ausencia de Messi, los culés naufragaron en todas las líneas de campo, no siendo capaces de generar una clara ocasión de gol que hubiese hecho dudar a los alemanes. Y así, un equipo roto y sin ideas se despidió de Europa con la cabeza agachada, en una sorprendente e impropia demostración de falta de recursos.

Por todo ello, no estaría mal que nuestros políticos tomasen buena nota y que hayan aprendido que para conseguir una remontada no son suficientes las palabras grandilocuentes ni las palmaditas en la espalda, y que es mucho más efectivo reconocer el problema y aplicar remedios cuando la realidad demuestra que los que se han tomado no han sido efectivos. En otras palabras, y centrándonos en la grave situación económica actual, que si para combatir el paro y la recesión se ha comprobado que las medidas basadas en la austeridad y en los recortes no han solucionado el problema, es el momento de dar un puñetazo encima de la mesa y adoptar otras encaminadas a reactivar el consumo y a facilitar que los pequeños empresarios inviertan y puedan crear puestos de trabajo.

De no ser así, corremos el peligro no solo de haber quedado eliminados de Europa en lo futbolístico, sino también en el ámbito político y económico, con el consiguiente desprestigio que acarrearía para nuestro país.

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