Y mientras tanto, así marchan las eliminatorias africanas para el Mundial

Mohamed Salah celebra la clasificación de Egipto al Mundial de Rusia 2018. / Twitter.
Mohamed Salah celebra la clasificación de Egipto al Mundial de Rusia 2018. / Twitter.

Alejadas de los focos de la UEFA y la tensión en CONMEBOL, la CAF, la única que no tiene opción de repechaje, tiene apenas dos equipos ya clasificados a Rusia.

Y mientras tanto, así marchan las eliminatorias africanas para el Mundial

Lejos de los reflectores de las eliminatorias de la UEFA y el alto voltaje de las de la CONMEBOL, las rondas eliminatorias africanas para la Copa del Mundo pasan casi desapercibidas en cada fecha FIFA. La Confederación Africana de Fútbol está encaminada y, a falta de un partido por equipo (excepción hecha con Senegal y Sudáfrica que volverán a enfrentarse entre sí), hay apenas dos equipos ya clasificados para la máxima cita futbolística.

En África, hay tres rondas distintas para llegar hasta el Mundial de turno, que en este caso es Rusia 2018. La última ronda divide a 20 equipos en cinco grupos de cuatro selecciones cada uno. El formato, como no podía ser de otra forma, es de series a ida y vuelta entre los integrantes de cada sector. En ese panorama, apenas Nigeria y Egipto tienen asegurado su boleto.

Los nigerianos compartieron sector con Zambia, Camerún y Argelia. Ese grupo, el B, agrupaba a tres de las selecciones de mayor recorrido en el continente. A falta de un encuentro, Nigeria suma 13 puntos, por siete de Zambia, su más cercana perseguidora.

En cuanto a Egipto, una de las selecciones históricas del continente, quedó encajada en el grupo E junto a Uganda, Ghana y Congo. Los faraones han sumado 12 puntos de 15 disputados, y sacan cuatro puntos a Uganda, la única que pudo seguir, cuando menos a distancia, el ritmo del equipo que enfrenta el histórico Héctor Cúper. Con esto, Egipto volverá a disputar un mundial por tercera vez en su historia y la primera desde Italia 1990.

Todo por definir en los demás grupos

Resulta no menos que curioso que no se le preste atención a esta continente cuando se trata de fútbol. A excepción de Nigeria, Egipto y sus respectivos rivales de encuadre, el resto de grupos prepara para noviembre (mes en la que vuelven a la acción en el marco de la nueva fecha FIFA) partidos de todo o nada.

Por ejemplo, en el grupo A Túnez y la República Democrática del Congo están separados por apenas tres puntos (13 y 10, respectivamente) y una diferencia de +7 para los primeros y +5 para los segundos. Así, se disputan el pase en la última fecha, en la que Túnez visitará a Libia, mientras el Congo recibirá a Guinea.

En el sector C, Marruecos lidera su grupo con nueve puntos, uno más que Costa de Marfil. Los marroquíes no acuden al Mundial desde Francia 1998, mientras que los elefantes han ganado colmillo tras haber ido a los tres últimos. Ese será probablemente el partido de la fecha en África, pues Marruecos visita precisamente a su segundo en un partido de todo o nada, pues vale decirlo, África no tiene repechajes ni entre sí ni contra representantes de otros continentes.

Por último, el grupo D, que tiene una particularidad probablemente nunca vista en casi ninguna latitud del globo futbolístico. El sector es el más parejo de todos, pues es liderado por Senegal con ocho puntos, seguidos de Burkina Faso y Cabo Verde, empatados a seis puntos pero con mejor diferencia de gol de los primeros, y Sudáfrica cierra el cuarteto con una cosecha de cuatro puntos. Así las cosas, todo estaría definido si no fuera porque los anfitriones del torneo en 2010 pidieron a las autoridades repetir su partido contra Senegal, y aquéllas accedieron. Así, Senegal tiene dos puntos de ventaja sobre sus seguidores pero también tienen un partido menos. Senegal y Sudáfrica jugarán dos veces seguidas en noviembre (6 y 11 de ese mes), pero los primeros tienen la fortuna de que el primero de ellos lo disputarán de local, por lo que pueden llegar a la segunda cita relajados. Burkina Faso y Cabo Verde juegan entre sí, en un partido en el que no pueden darse el lujo de empatar.

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