La "Messi-dependencia" del Barcelona debería tener ya preocupados a todos

Lionel Messi. / RR SS
Lionel Messi

Hoy más que nunca, el equipo se encomienda a la inspiración del argentino, quien también tiene partidos humanos, como sucedió en Atenas. Ernesto Valverde tiene mucho en qué pensar.

La "Messi-dependencia" del Barcelona debería tener ya preocupados a todos

Leonel Messi ha arrancado este ejercicio 2017-18 a toda máquina, echándose el equipo al hombro en la mayoría de partidos, algo que su equipo debería agradecerle al mismo tiempo que cuestionarse a sí mismo. El empate sin goles en Grecia contra el Olympiacos dejó retratado una vez más al equipo de Ernesto Valverde, que lejos de su casa, aunque ha dejado apenas un empate (1-1 contra el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano), sigue sin convencer.

Es preocupante ver que el equipo necesita sí o sí de una gran noche del argentino para sacar con tres puntos sus visitas. No se vale decir que esto de que el 10 tire del carro es algo nuevo, pero para este ejercicio se ha precipitado esa necesidad, pues, de entrada, la marcha de Neymar dejó debilitado el potencial ofensivod el equipo y la directiva, cuyos niveles de ineficiencia también asustan, contrató al chico Ousmane Dembélé, con apenas roce en grandes escenarios. Para rematar aquello, el jugador se lesionó para largo y en Barcelona no lo esperan sino hasta el otro año. Así, Messi se quedó sin su socio y aliado favorito.

A eso debe sumarse la sequía de Luis Suárez, que ha marcado nada más tres goles en lo que va de año. Tres, y de esos tres el único que le dio algo al equipo fue el que le marcó precisamente al Atlético en Madrid. De ahí en más, el uruguayo la está pasando muy mal y Valverde no tiene ni idea de cómo solucionarlo. Al ver a su banquillo, se topa con Paco Alcácer, Gerard Deolufeu y Denis Suárez, y resulta que ninguno de ellos es Luis y hay quien duda si tan siquiera son jugadores para un club como el único de la historia con dos tripletes.

Pero la radiografía también debe empezar a retroceder un poco más en el campo. Ya se sabe que Andrés Iniesta no es el que solía a ser pese a formar parte del XI del año de la FIFA de forma religiosa. Paulinho, quien vale decir que ha iniciado muy bien su etapa como blaugrana, no genera jugadas, no crea espacios ni aporta mayor movilidad a los suyos. Es un jugador todoterreno, pero al momento de ir al frente no es alguien del perfil que demanda el Camp Nou.

Vistas las cosas, tal vez Valverde no debería reírse cuando le preguntan si estaría dispuesto a traer de vuelta a Neymar, quien tampoco la pasa del todo bien en París. Este proyecto depende más que nunca de Messi, y sin sus noches de inspiración, el Barcelona no es més que un equipo del montón.

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