Mareos en la Navegación

Barcos que faenan en Marruecos. / Mundiario
Barcos que faenan en Marruecos. / Mundiario

Oler colonia, fijar la vista en un punto estático en el horizonte, controlar la respiración, son medios que podemos realizar para, en caso de comenzar a sentir la presencia del mareo, poder frenarlo.

Una de las objeciones que algunas veces nos encontramos en la náutica de recreo son las personas que incluso sin haber probado montarse en un barco, dicen que se marean y algunas incluso lo hacen nada más pisar la embarcación.

En alguna ocasión en las mismas prácticas de la Licencia de Navegación, sobre todo, en otras modalidades menos, puesto que los patrones ya de una forma u otra normalmente han navegado, son personas que, ante la ansiedad, los nervios de manejar un barco llegan a estresarse de tal modo, que no han arrancado la embarcación y comienzan como un semáforo a cambiar de color.

 Es el mareo psicológico, un efecto que únicamente puede controlar la propia persona con relajación y auto control de sus emociones. No es sencillo, pero sí es real y pasa por conocerse a si mismo, comentar al patrón esta situación antes de subir y ponerle remedio antes de comenzar la actividad.

Otra cosa es el mareo físico, ese, algunas personas son ciertamente propensas a ello, por tener problemas en el oído, por no haber ingerido nada para no vomitar en el   barco, un error muy común, ya que piensan: si no tengo nada que echar, no echaré nada, y comento que es un error, ya que el estómago está trabajando constantemente, si no tiene nada con lo que trabajar, los mismos jugos con el propio movimiento del barco hacen que suban y ya no hay quien los frene. Hay muchas más causas, el hecho de estar parados, sin arranque en la embarcación hace que la persona, sobre todo si baja la cabeza, comience a sentir los efectos. Dos trucos para los niños es bostezar y beber agua, simples, y desde luego no darle importancia de forma excesiva al hecho de la navegación, no predisponerlos con preguntas repetitivas, no ajustarles el chaleco salvavidas como si no hubiera un mañana, pensar que el niño, lo mismo puede necesitar respirar a lo largo del día y cualquier prenda muy ajustada lo único que va a lograr es aparte de hacer sentir incomodidad mantenerlo en tensión toda la jornada.

El mareo en definitiva se produce porque las señales recibidas por el oído no se corresponden con las del ojo. Es el llamado mal de mar.

Oler colonia, fijar la vista en un punto estático en el horizonte, controlar la respiración, son medios que podemos realizar para, en caso de comenzar a sentir la presencia del mareo, poder frenarlo. También la farmacia tiene remedio a través de las pastillas tomadas con antelación a la subida para evitarlos.

Dormir bien la noche anterior, no tomar alimentos ácidos, bebidas carbonatadas, alcohol, son remedios caseros para preverlos también. Sentarse a la mediación del barco, en el través (la parte central de la embarcación), mirar hacia adelante son maneras una vez que embarquemos para no sentirlos. Y, si no hay olas, sentarse en proa es otra forma, mientras no mire el pasajero hacia popa.

Una vez en la embarcación un buen chapuzón ayuda a contar por lo sano, pero claro, habrá que ver si las condiciones meteorológicas, la estación del año, etc… invitan a ello. Y eso sí, recordar siempre, si una persona está en el agua, el motor debe de estar parado, no sin marcha, parado. El efecto de succión de la hélice, los nervios, un descuido, un traspiés, etc.., pueden provocar un desastre peor que el de una persona mareada.

En definitiva, para atajar este tipo de efectos, debemos de ir pensando en la actividad que vamos a realizar de manera positiva, desayunados y siempre siendo comunicativos con los que tengamos alrededor, para que nos vigilen. Recordar que la náutica de recreo, cuando deja de ser de recreo y se convierte en otra cosa, mejor dejarlo. Por una Navegación Segura@mundiario           ​

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