El Málaga peca de un preocupante conformismo que le aleja cada vez más de Europa

Javi Gracia.
Javi Gracia.

El cuadro malacitano acumula un mes y medio sin ganar, se encuentra sumido en la peor crisis de identidad de la temporada y el pesimismo se instala entre la afición.

El Málaga peca de un preocupante conformismo que le aleja cada vez más de Europa

El cuadro malacitano acumula un mes y medio sin ganar, se encuentra sumido en la peor crisis de identidad de la temporada y el pesimismo se instala entre la afición.

 

Corría mediados de marzo de este año cuando el Málaga CF ganaba por 2-0 a un deprimido Córdoba en La Rosaleda. Aquella calurosa tarde en la que se daban los últimos coletazos al invierno en la Costa del Sol, todo parecía pintar de color rosa para los locales. Ganaban, el equipo rayaba a un nivel alto, Juanmi era convocado por Del Bosque, la afición era uña y carne con su equipo y la séptima plaza, que da acceso a Europa League si el Barcelona ganara la Copa del Rey, estaba prácticamente en la buchaca, por mucho que hubiera que seguir remando.

Cuarenta y cinco días y siete encuentros sin ganar después, las tornas se han invertido y todo son peros, reproches, dudas y pesimismo. Javi Gracia ha pasado, para algunos, de ser héroe a villano, de maravillar con sus planteamientos ante los grandes a dosificar a la plantilla con unas rotaciones 'raras', sin mucho sentido y que han generado debate en cada uno de los bares de Málaga. La derrota 1-0 en Balaídos en el útimo minuto ante el Celta, rival, ahora sí que sí directo por la séptima plaza, ha echado más alcohol a una herida que se ha ido abriendo poco a poco y sobre cuya cicatrización se ciernen bastantes interrogantes.

Uno de los síntomas más preocupantes que presenta el enfermo es la falta de ambición y de actitud de algunos jugadores durante ciertos tramos de los partidos. En el empate a uno frente a Deportivo en La Rosaleda, el público avisó a los suyos con alguna pitada aislada que acabó siendo homogénea y muy sonora al final del mismo. Si hay algo que no soporta el respetable es ver un conformismo en sus futbolistas cuando la posibilidad de volver a jugar en la élite del fútbol es una realidad y está al alcance de la mano. Los hinchas muestran su inquebrantable apoyo al conjunto blanquiazul pero este no se lo devuelve en forma de victorias que refuercen la teoría de que Europa no es una quimera.

La ausencia de Camacho y el bajón de 'Los Samus'

Planteada la problemática y situación actual del equipo es obligado hacerse algunas preguntas: ¿Qué le ha pasado al Málaga? ¿Por qué ha perdido su identidad? ¿Hay algún tipo de orden desde la planta noble de La Rosaleda? Lo cierto es que ahora mismo la plantilla se encuentra en un momento muy delicado en el que vive un sin sabor y una incertidumbre plena por saber qué derroteros tomará el futuro de la entidad. Desde aquí vamos a intentar poner en liza algunos factores que puedan explicar, en cierta manera, el derrumbe de los costasoleños.

Casualidad o no, hay un aspecto y una conclusión irrefutable, el Málaga no gana sin Camacho. El último encuentro en el que los andaluces sumaron los tres puntos fue, precisamente, en el antedicho frente al Córdoba. El centrocampista maño es todo un bastión y pilar dentro de los esquemas de Gracia. Es el nexo de unión entre la zaga y los hombres creativos del equipo, es la roca y hombre capital y de referencia que todo club necesita. Sus problemas de pubis durante todo el año le obligaron a pasar por el quirófano tras el choque ante los califales. Su reaparición aún no ha sucedido y en todo este tiempo los de Martiricos no saben lo que es sumar los tres puntos.

Echar la culpa de la mala trayectoria del equipo únicamente a Camacho sería incongruente con la realidad y algo injusto para él, al que se le estaría cargando de una responsabilidad desmesurada. Otro factor determinante ha sido la bajada de prestaciones de 'Los Samus'. Castillejo y Samuel García han perdido frescura en las últimas jornadas y ya no son esos trescuartistas que volvían locos a los zagueros con sus desmarques y su tremenda movilidad. El primero ya no es ese 'fideo' que se escurria por la línea de cal haciendo inútiles los férreos marcajes que se encargaban de frenarle; y el segundo marcó un gol de bella factura al Atlético (2-2) pero es el único logro potable que se puede rescatar de su último mes y medio.

La llamada a filas de Weligton

Como ya hemos comentado, hay algo que molesta en especial a los aficionados malaguistas. No es la no clasificación para Europa, ya que la competitividad de la liga española es feroz. Lo que enoja de sobremanera al hincha blanquiazul es la pasividad, conformismo y desgana que algunos de sus futbolistas han mostrado en el césped. Durante su historia nunca se les ha pedido resultados, ni títulos, ni tan siquiera grandezas; solo se les ha encomendado que lo dejen todo en el campo y que pongan en juego coraje y corazón, tal y como reza su himno.

Ante esta peligrosa espiral de sensaciones negativas, el Mariscal Weligton, capitán en lo bueno y en lo malo, alzó la voz cantante tras la derrota en Vigo y no le tembló el pulso: "Los aficionados tienen razón al estar enfadados. Cada uno tiene que saber que tiene que dar más de sí y reflexionar sobre lo que ha hecho. La gente que no esté metida o enfocada, que se quede fuera. Si tenemos que jugar con los chicos del filial, lo haremos"

Todo un toque de atención de una leyenda viviente del Málaga, que pide compromiso y actitud a los suyos en el momento crucial de la temporada y esperando que estas palabras sirvan como estímulo y calen hondo dentro del seno de la plantilla. Por delante quedan cuatro jornadas (Elche, Almería, Villarreal y Sevilla) para intentar amarrar esa séptima plaza, acechada por el Athletic de Bilbao, que da acceso a Europa. Y si por lo que fuera no se logra el objetivo, que solo sea por razones futbolísticas y porque el rival ha sido mejor, no por falta de hambre.

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