Málaga 1 - Árbitro 1: Si hay que robar, se roba, pero robar pa' na', es tontería

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Robo sin propósito del Real Madrid en Málaga. / RRSS

El Madrid fiel a su tradición continúa robando incansable cada partido que disputa, aunque el nivel de decadencia es tal, que ya ni siquiera gana.

Málaga 1 - Árbitro 1: Si hay que robar, se roba, pero robar pa' na', es tontería

Atrás han quedado esos años en los que el Real Madrid robaba con visión, en los que lo mismo te tangaba una final de Copa de Europa ante la Fiorentina el mismísimo Santiago Bernabéu, que te levantaba al mejor futbolista aunque lo tuvieras ya firmado. Eran tiempos en los que el Madrid podía desde inaugurar el Amsterdam Arena con un atraco que valía una Champions, hasta hacer expulsar a un sordomudo por insultos al colegiado. Si algo caracterizaba al club de Chamartín era su sofisticación y estilo en el asalto, superando con creces a delincuentes de la talla de Al Capone y acercándose a la pericia de Gru, el de los Minions.

Trístemente, el Real Madrid de hoy no solo carece de cualquier estilo con el balón en los pies, sino que la cualidad única que poseía, la que le sirvió para 'levantar' trofeos a diestro y siniestro, y hasta para ser nombrado mejor equipo del siglo XX por la FIFA, está también en plena decadencia. El robo puntual con objetivos bien establecidos y botín descomunal llevado a cabo en los mejores campos de España y Europa, ha devenido en un cutre hurto quasi-semanal a cara descubierta en establecimientos de medio pelo e inmortalizado por tantas cámaras de seguridad, que ni siquiera su máquina de propaganda es capaz de esconder.

Somos testigos de la metamorfosis imparable de Bernie Madoff en El Lute, de Pablo Escobar en un yonqui de Malasaña. El Real Madrid roba por robar, porque es lo que siempre ha hecho, por la inercia del que hace algo porque no sabe hacer otra cosa, del que ha perdido el propósito de su existencia - que no era otra cosa que ganar títulos que ya nunca gana -, y ha conseguido vulgarizar lo que una vez fue arte hasta llevarlo al nivel de su común, ordinario y mediocre juego. @SirDanielC

>Este artículo también está publicado en la web de su autor www.bloggol.es

 

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