Luis Enrique pone a los buenos ante el Celtic y descubre que juegan mejor que los otros

Messi dando candela
Messi dando candela. / RRSS

Luis Enrique ha puesto a los buenos ante el Celtic y para su sorpresa el debut de Champions League se ha saldado con una contundente goleada.

Luis Enrique pone a los buenos ante el Celtic y descubre que juegan mejor que los otros

No había nada que reinventar. Luis Enrique, tras poner a los no tan buenos contra el Alavés y perder, puso a los buenos contra el Celtic y cerró su debut de Champions contra el Celtic con una contundente goleada con goles de Messi (3), Neymar, Luis Suárez (2) e Iniesta en un plácido partido de local ante el campeón escocés.

No nos engañemos, ni el Alavés es mejor que el Celtic, ni el virus FIFA se ha pasado de repente. Simplemente, Luis Enrique se abstuvo de hacer el gilipollas. Y ganó.

En los equipos españoles más fuertes - Barcelona y Atlético - y en el Real Madrid hay tres tipologías muy diferentes de entrenadores con algo en común: indiscutiblemente, basan su éxito la calidad de la plantilla que tienen asignada.

En el Barcelona, la labor de Luis Enrique es simple y llanamente poner a Messi, Neymar y Suárez en el campo, acompañándolos de un organizador y un par de centrales. Después de eso es libre para sentarse, cuchichear con Unzue y contestar las preguntas - generalmente estúpidas - de la Caverna en la rueda de prensa. Sin embargo, de vez en vez, como pasó el fin de semana ante el Alavés, el técnico asturiano suelta alguna que otra ‘luisenrricada’ y decide jugar a ser entrenador con los conocidos resultados.

Con Simeone pasa un poquito de lo mismo con el añadido de que la nacionalidad argentina le ha otorgado facultades innatas para dejar, de vez en vez, algunas perlas como la de ‘la liga peligrosamente preparada’ o la pesadez infumable del ‘partido a partido’, claro está, sin contar el último, que lo pierde siempre. El 'mister' atlético, menos dados a cambios radicales en el once que Luis Enrique, se dedica - a falta de ideas futbolísticas - a hacer aspavientos a la grada como si estuviera trastornado, a sacudirle de vez en cuando a su asistentes y a tirar de tanto en tanto alguna que otra bola al campo para cortar contras ajenas.

A Zizú no lo podemos catalogar de entrenador ya que ni tiene licencia ni ejerce de otra manera que no sea colocando en el terreno de juego a los doce jugadores que le indica su presidente. El argelino, sin visión táctica alguna más allá de la que aprendió de Ancelotti (ese señor que perdió una final de Champions tras ir ganándola 3-0), tampoco posee - posiblemente por su absoluto desconocimiento del castellano - ni la gracia de Luis Enrique en rueda de prensa, ni la movilidad de Simeone por la banda, por lo que basa el secreto de su éxito en el árbitro que le asigna su presidente y en la escasa entidad de los rivales a los que se enfrenta.

En definitiva, que con el dinero que los clubes están invirtiendo en 'técnicos' que lo único que hacen es cabalgar montados en su ego y en su incompetencia podríamos acabar con la suciedad de Madrid y si se tercia con los que la ensucian. @SirDanielC

>Este post también ha sido publicado en la web del autor www.bloggol.es

 

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