Lionel Messi no hace más que posponer los ridículos de Argentina

Lionel Messi (centro), capitán de Argentina. / Twitter
Lionel Messi (centro), capitán de Argentina. / Twitter

El capitán no es un jugador determinante y es ya incomprensible que le sigan considerando como vital en la albiceleste, a la que nunca ha llevado a la gloria.

Lionel Messi no hace más que posponer los ridículos de Argentina

Hay quienes insisten en que Lionel Messi debe ir sí o sí con su selección a todos los torneos que le llamen pese a que realmente no sirve de nada. Bueno, de nada creo que es muy duro, digamos que no sirve de mucho. Duela a quien le duela, el 10 no es con Argentina un jugador que marque diferencias (para prueba de ello tres finales perdidas de forma consecutiva y un par de bochornos como el del Mundial de Rusia), y como mucho no es más que un dilatador de ridículos.

El capitán de la albiceleste lleva tiempo haciendo goles de último momento o en el último partido que como mucho ayudan a que su selección aplace el ridículo que terminará haciendo. Así como el del miércoles, cuando evitó que Paraguay se llevara el triunfo que prácticamente los hubiera dejado fuera de la Copa América. Se reconoce que Messi hizo el gol y evitó la hecatombe, pero lo único que hizo fue prolongar el ridículo para una nueva jornada o ronda, bien contra Qatar o en cuartos de final contra alguna selección que sí sea capaz de dar tres pases seguidos.

Y vean que esto no quiere decir que lo que ha logrado como futbolista sea poco, al contrario, de más está hablar de sus habilidades y de su palmarés, pero con la selección simplemente sigue siendo uno más. Ha estado con su selección en tres finales, sí, y también las ha perdido todas sin haber comparecido. Si Messi no estuviera en la selección, ésta se hubiera quedado eliminada antes, pero el resultado final seguiría siendo el mismo: manos vacías.

Messi no es determinante porque nunca lo ha sido con la camiseta de su selección. Esa es la realidad. Ni él ni tampoco la banda de incomprensibles que le acompaña, algunos como Sergio Agüero quien se derrite al contacto con la albiceleste, al igual de Ángel di María, pero es que la gente de ellos podría prescindir sin darse cuenta que Messi, lamentablemente, es harina del mismo costal.

Eso sí, al rosarino se le agradecerá siempre que sacrifique los premios individuales (porque es imposible que con tan paupérrimas actuaciones gane el Balón de Oro, por ejemplo) por su país. @mundiario

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