Lewis Hamilton vuelve a la senda de la victoria en el Gran Premio de Canadá

El piloto británico logra imponerse de forma brillante a su compañero de equipo en una carrera marcada por el absoluto fracaso de los McLaren que acabarían abandonando.

Tras el espejismo de Montmeló y Mónaco, la normalidad ha vuelto al mundial de Fórmula 1. Esa normalidad que dice que, a igualdad de monoplazas, el talento siempre se acaba imponiendo. Ese talento que permite a Hamilton trazar las curvas del circuito Gilles Villeneuve, como si untase mantequilla en una tostada. Mientras Rosberg, tras él, no puede más que tratar de seguir un ritmo implacable, persiguiendo una zanahoria que nunca se acerca lo suficiente para llegar a morderla, por más que acelere.

Y todo esto en una carrera que ha dejado claro, si acaso alguien lo dudaba, que hay dos tipos de monoplazas, los que equipan motor Mercedes y los que no. En un circuito donde potencia y rendimiento de la unidad de potencia son fundamentales, los motores alemanes se han mostrado intratables. Y es que sólo los Ferrari, tras haber modificado el motor gastando tres tokens, han podido acercarse a la zona noble, una zona noble copada por los propulsores de la estrella, donde hasta Lotus ha encontrado el camino. Así en clasificación los propulsores de la estrella, ocupaban seis de las siete primeras posiciones, con Hamilton al mando. Una clasificación que dejaba dos damnificados, Massa y Vettel con problemas mecánicos, tenían que salir desde el fondo de la parrilla.

La salida

En la parrilla de salida había dos tipos de pilotos, aquellos que salían a volar con sus monoplazas, y el resto, empeñado en no hacer mucho el ridículo. Al apagarse los semáforos Hamilton se encargaba de dejar bien claro, que pese a que en circuito canadiense hay un casino, no estaba para más ruletas como la de Mónaco. Salida limpia, ritmo implacable, un segundo de regalo a Rosberg en la primera vuelta, y a ver la vida pasar. Un circuito con largas rectas y lugares para adelantar, no invitaba a filigranas en la salida, por lo que apenas se modificaban las posiciones, a excepción de Alonso que lograba escalar dos posiciones.

A partir de ahí comenzaba el espectáculo, ese que marcaba diferencias en recta de más de 20 km/h, y el orden natural comenzaba a restablecerse. Massa echaba a volar el Williams y en un ritmo implacable adelantaba a un piloto tras otro hasta colocarse sexto. Por su parte Vettel, lo retrasaba un poco más, al optar por deshacerse de las ruedas duras, para rodar toda la carrera con blandas.

Los frenos

Como si fuese un clavo ardiendo, aficionados y prensa recordaban los problemas de frenos sufridos por Mercedes el año pasado. Y los problemas volvieron, lo malo es que ni fueron tan graves, ni había un pescador Ricciardo al acecho. Así a mitad de carrera desde el muro recomendaban a los pilotos de Mercedes que aflojasen el ritmo para refrigerar los frenos. Ambos pilotos separados por apenas tres segundos, controlaban la carrera con casi cuarenta segundos sobre el tercero. Una tregua que Rosberg intentaría romper, situándose a menos de un segundo de Hamilton. Error, el británico despertaba de su letargo y a golpe de martillo, dejaba las esperanzas de Rosberg a más de tres segundos, y la gloria para otro día.

Por detrás una sucesión de adelantamientos por velocidad pura, que demuestra claramente que estamos ante una Fórmula 1 de dos velocidades, le daba algo de pimienta a una carrera descafeinada por la falta de emoción. Destacaba el error de Raikkonen, que con la tercera plaza a mano, hacía un inexplicable trompo en el alfiler, dejándosela a Bottas en bandeja de plata. También acabaría contento Maldonado séptimo, por primera vez en los puntos esta temporada, y con un monoplaza cada vez más competitivo. Aunque con permiso de Hamilton, el hombre de la carrera haya sido Vettel. Tras clasificarse decimonoveno por problemas de rendimiento, una sanción lo colocaba en última posición, en una carrera que se presentaba como una pesadilla. Por si no fuese suficiente, optaba por cambiar pronto las ruedas duras en la vuelta 6 para tratar de volar con las blandas. Un error en las pistolas, le costaba otros seis segundos, y lo volvía a colocar último. Cualquier piloto en su lugar tiraría la carrera, pero ayer Vettel volvió a ser la misma bestia insaciable que arrasaba con el Red Bull. En una sucesión de adelantamientos implacables, lograba una meritoria quinta posición, por detrás de su compañero de equipo.

El desastre

Ahora toca hablar de McLaren, a la hora de escribir siento cierto “deja vu”, no sé si encontraré argumentos nuevos. Llegaban a Canadá sonriendo por debajo de la nariz, tras haber aplicado 2 tokens para modificar el motor, con lo que pretendían acabar con todos los problemas de fiabilidad. Pues bien, es posible que acabasen con los anteriores, pero han aparecido otros. Y es que en este curso práctico de averías en carrera en el que parece haberse convertido McLaren, todo puede suceder. Así Alonso apenas podía rodar en la tercera sesión de libres, una avería le obligaba a cambiar el motor, el cuarto de la temporada. Un motor que el fabricante japonés ha decidido nombrar “Mariano”, ahí lo dejo…  Por su parte a Button las cosas no le iban mejor, se perdía la clasificación, por nueva avería de motor, en su caso estrenaba el quinto de la temporada y la sanción correspondiente.

Lo que sucedió en carrera se veía venir, a Alonso Mariano no le daba cancha para muchas alegrías. Apenas un desigual combate con Vettel, que le permitía divertirse un poco y salir algo en la tele. Al mismo tiempo, y ya en la vuelta nueve, Mariano se demostraba glotón, por lo que desde el muro le pedían que ahorrase combustible. Primera bronca pública, Alonso se negaba alegando que no estaba para pilotar como un amateur. Para evitar discusiones mayores Mariano se cansaba en la vuelta 40, nuevo abandono, y van tres seguidos. El monoplaza de Button también decidía que no quería correr más, y en la vuelta 58 tomaba el camino de la vergüenza hacia el garaje. Nuevo paso atrás de McLaren-Honda, a la espera de que las enésimas nuevas modificaciones mejoren el conjunto.

Spanish F1

No fue una buena carrera para los representantes españoles en Canadá. Aparte del nuevo fiasco de Alonso, tanto Merhi como Sainz no tuvieron fortuna en Montreal. El piloto castellonense, de nuevo muy superior a su compañero de equipo, abandonaba en la vuelta 63 por avería. Primer abandono de la temporada para Merhi, que va mejorando sus prestaciones a medida que aumenta su experiencia.

Por su parte Sainz muy lastrado por las pobres prestaciones del motor Renault de su Toro Rosso, se veía obligado a ahorrar combustible desde el principio. Duodécimo en meta, al menos lograba superar de nuevo a su compañero de equipo.