Hamilton vuelve a poner las cosas en su sitio y vence en el Gran Premio de China

Nuevo doblete de la escudería Mercedes que logra resarcirse del fiasco de Malasia con Vettel tercero y los españoles muy desdibujados en la parte baja de la clasificación.

Tras dos semanas en las que parecía que en Ferrari habían inventado la pólvora, y posiblemente algo más, las aguas han vuelto a su cauce en China. La escudería Mercedes no parecía estar por la labor de repetir los errores de estrategia de Malasia, ni muchísimo menos dejar ninguna oportunidad a nadie. Así desde los primeros entrenamientos libres Hamilton se encargó de dejar muy claro que un mal día lo tiene cualquiera, pero dos seguidos no.

En Ferrari ya han puesto en marcha la máquina de hacer humo, un humo que venden al mejor postor. Así los italianos no dudan en afirmar que estarán en la lucha por el mundial, y que tanto Vettel como el monoplaza son lo mejor del mundo. Argumentos sospechosamente parecidos a los escuchados en 2010, el tiempo lo dirá….

La salida

La configuración de la parrilla dejaba claro cual es el estado actual de las cosas, con los dos Mercedes destacados, y Vettel en tercera posición a más de 8 décimas. Tras él lograban colarse los dos Williams, dentro de esas seis décimas que Kimi suele dejar de “colchón” con sus compañeros de equipo. Los chicos de Grove todavía siguen contrariados con la mejoría de la Scudería, que parece alejarles de forma permanente de la fiesta Mercedes, perdón podium. Quienes están definitivamente contrariados son los de Red Bull, con un rendimiento muy bajo, al que culpan al motor Renault, un motor al que los Toro Rosso parecen sacar mejor rendimiento.

En el arranque de la carrera Hamilton se encargaba de demostrar que las oportunidades en la vida pasan una vez, pero casi siempre una sola. Así tras una salida fulgurante mantenía la primera plaza y empezaba a marcar las distancias. Tras él Rosberg mantenía la segunda plaza, pese al ímpetu de Vettel y trataba de abrir distancias. Kimi por su parte decidía salir despierto, y de un plumazo se deshacía de los Williams, para rodar en cuarta plaza.

La misma piedra

En sólo 7 vueltas Hamilton ya había amasado 4 segundos con respecto a Vettel, manteniendo a Rosberg en medio. Es por ello que los chicos de Ferrari, venidos arriba tras el éxito de Malasia, decidían modificar la estrategia para mover un poco el árbol. En la vuelta 13 Vettel hacía una entrada prematura, y colocaba un nuevo juego de ruedas blandas, pese a que la teoría era hacer toda la carrera con duras. En Mercedes no se inmutaban y mantenían el plan, esperando dos vueltas más para que entrase Hamilton. El inglés mientras tanto aprovechaba para marcarse sendas vueltas rápidas, para ir dejando claro que en China jugaban a otra cosa.

Tras el cambio de neumáticos Hamilton sorprendía a todos al marcar un ritmo anormalmente lento, con el objetivo de conservar neumáticos. Un ritmo que permitía que Vettel se acercase de forma peligrosa a Rosberg, que se quejaba amargamente al equipo por el ritmo de Lewis. Unas quejas que eran escuchadas por el equipo que solicitaba a Lewis que acelerase el ritmo. El inglés consciente de que su enemigo eran los neumáticos, seguía a su ritmo, confiado en que los catorce metros de anchura de la pista de Shangai fuesen suficientes para que Rosberg lo adelantase si lo consideraba oportuno.

En la vuelta 30 Ferrari paraba nuevamente a Vettel, tentando a Mercedes a golpearse en la misma piedra. La escudería germana respondía adelantando la parada de Rosberg, de modo que cubriese la posición de Vettel, y amenazaba la primera posición de Hamilton. El británico despertaba bruscamente de la siesta, y le enseñaba a su compañero y al mundo cual es la diferencia entre un buen piloto y un piloto con talento de verdad. Así tras rodar durante todo el stint en 1:44 altos, y pese a llevar ruedas gastadas, se marcaba sendos 1:42, para evitar que Rosberg pudiese aspirar a rebasarle por estrategia.

Safetty car

Tras las escaramuzas del repostaje y con las posiciones delanteras bien asentadas, las vueltas iban consumiéndose con lentitud. Sólo Kimi parecía querer hacer algo diferente recortándole tiempo a Vettel. Por detrás la carrera estaba mucho más animada, con Button y Maldonado enfrascados en una lucha sin cuartel, en busca de la duodécima plaza. Una lucha que les llevaría a rebasarse en diversas ocasiones, con pasadas al límite y trazadas en paralelo. Supongo que ahora alguno espera leer que hizo Maldonado para que saliese el Safetty, pero sorprendentemente sería Button el que se lo llevaría por delante, aunque no sería esa la causa del Safetty. En este caso el Toro Rosso de Verstappen se paraba en la mitad de la recta principal obligando a la salida del Saffety car.

Con sólo tres vueltas de margen y una “exhibición” de diligencia por parte de los comisarios para retirar el monoplaza, parecía evidente que la carrera no se reiniciaría. Así se llegaría al final de la carrera tras el coche de seguridad, mientras los comisarios estrellaban una y otra vez el coche de Verstappen contra el muro al intentar retirarlo de la pista.

Spanish F1

La carrera de China no nos ha dejado actuaciones memorables de los pilotos españoles. Merhi lograba llevar el Manor de nuevo a la línea de meta pese a hacerlo en último lugar y bastante lejos de su compañero de equipo. Errores de planificación y de estrategia han lastrado su resultado, que se compensa con haber acabado.

En el caso de Sainz tras haber clasificado muy atrás, un trompo al inicio de la segunda vuelta le hacía caer a la última posición, lastrado por una elección de neumáticos que le impedía recuperar la posición. Por si fuese poco a mitad de carrera el cambio de su Toro Rosso se bloqueaba, lo que le obligana a reiniciarlo en plena recta, perdiendo casi un segundo.

Alonso por su parte sigue con la penitencia de rodar con un monoplaza desesperantemente lento, que pese a todo sigue logrando leves mejorías. Para la historia quedará la comunicación de Raikkonen por radio cuando iba a doblarle, “quitad ese McLaren de mi camino”. Y es que hace un año era Alonso el que casi le doblaba con el mismo coche.