Hacerse el tonto - o serlo - es lo que vende hoy en la prensa deportiva española

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Tomás Roncero, periodista con bufanda. / RRSS

Hágase el tonto, directamente, sin complejos. A la corta y a la larga, cunde más que ir de listos y, sobre todo, es menos peligroso.

Hacerse el tonto - o serlo - es lo que vende hoy en la prensa deportiva española

En la Historia, con mayúsculas, ha habido tontos ilustrísimos. Quizás el más renombrado, gracias a una serie televisiva, es Claudio, el emperador romano que se salvó de ser asesinado por lo tonto que parecía: «Querido Claudio. He conocido listos que se fingían tontos y tontos que se fingían listos. Pero eres el primer caso que he visto de un tonto que se finge tonto. Te convertirás en un dios», le escribía su pariente Herodes Agripa, según la versión de Robert Graves, claro está, antes de que supiera de que el tonto acabaría siendo emperador.

En la historia, con minúsculas, de estos días quizás el tonto más célebre es Tomás Roncero. ‘Él, Tomás’, que haciéndose el tonto (o siéndolo), es uno de los pocos periodistas que se llena la chequera sin necesidad de escribir, de investigar o de informar. Solo haciendo lo que mejor sabe, el tonto. O haciéndoselo.

«Querido Claudio. He conocido listos que se fingían tontos y tontos que se fingían listos. Pero eres el primer caso que he visto de un tonto que se finge tonto. Te convertirás en un dios», Herodes Agripa - Yo, Claudio - 

Y tan bien lo hace (o se lo hace), que así a lo tonto, es el showman estrella de la parodia de Pedrerol, redactor jefe del Diario As y comentarista de la Cadena Ser. Unos gritos en un momento dado, algún comentario – siempre tonto – en el momento adecuado, o un video-selfie diciendo tonterías le han llevado al pluriempleo en un país con el 20% de paro (40% en su profesión). Come gratis en el Txistu e incluso blogs prestigiosos como éste le dedican entradas, aunque por éste os juro que no cobra, que es más que suficiente con un tonto en el artículo.

Ya lo dice Boadella en una versión actualizada de El retablo de las maravillas al denunciar «la ascensión de los estúpidos, de los indocumentados, de los imbéciles». El fútbol hace tiempo que llegó a lo mismo. @SirDanielC
 

>Este artículo también ha sido publicado en la web del autor http://www.bloggol.es

 

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