La gente habla de Antoine Griezmann como si éste fuera Zidane o Maradona

Antoine Griezmann. / RRSS
Antoine Griezmann. / RRSS

El francés pasa por uno de los peores momentos desde que llegó al Atlético de Madrid pero la culpa de ello es más de los aficionados y de la prensa.

La gente habla de Antoine Griezmann como si éste fuera Zidane o Maradona

Justo ahora que se detienen las ligas europeas para poder dar paso a la fecha FIFA más aburrida del año (con la excepción de los repechajes para la Copa del Mundo) el nuevo debate mediático del periodismo futbolístico gira en torno a Antoine Griezmann. El delantero francés pasar uno de sus peores momentos desde que llegó al Atlético de Madrid en 2014 y sus números han puesto la piel de gallina a los seguidores colchoneros.

Hay que remontarse hasta el 27 de septiembre para su último gol, de penal e inútil pues su equipo perdería 1-2 contra el Chelsea en el marco de la Liga de Campeones. Luego de eso, más de un mes y apenas se ha sabido de él. El Wanda Metropolitano ya le ha dedicado un par de silbidos (los mismos que le criticaban al Santiago Bernabéu contra sus mismas figuras, pero ese ya es otro tema) y su mismo entrenador, Diego Simeone, dejó un recadito en sala de prensa al asegurar que su plantel no tiene ni un solo jugador "que gane partidos él solo". La prensa entendió aquello como un insulto al francés, el estandarte del equipo desde que llegó, pero lo cierto es que Simeone no dijo nada que no fuera cierto, es decir, que Griezmann de verdad no es un jugador que resuelva partidos él solo.

Desde que viste la rojiblanca, Griezmann ha sido un jugador de goles, asistencias y estadísticas gordas, pero dista mucho de ser un jugador que resuelva partidos. Para ello, el mismo aficionado colchonero debe hacer memoria. ¿Cuál de los grandes choques que ha disputado el Atleti desde su llegada ha sido definido por él?

Todos los grandes jugadores tienen por lo menos unos cuantos de esos partidos en su currículum. Cristiano Ronaldo ya definió tres llaves en Liga de Campeones el año pasado; Neymar guió a su selección a un oro olímpico en el Maracaná; Arjen Robben venció sus fantasmas para darle su última Champions al FC Bayern; Sergio Agüero gana con sus goles a los equipos grandes de Inglaterra este año y de Leonel Messi no es necesario ni siquiera hablar. Esas exhibiciones, esos goles que levantan títulos son los que hacen a un jugador indispensable, y Griezmann está lejos de ser uno.

Tuvo su gran oportunidad en la temporada pasada, cuando tenía a un gol de distancia el empate en la serie semifinal contra el Real Madrid en la Liga de Campeones. El francés se dejó contagiar del pánico que ataca al Atlético de Madrid en los momentos de alto voltaje y se desvaneció. Tal y como sucedió en la final de Milán, en la que incluso falló un penal. Y como pasó un año antes, también contra el Real Madrid, cuando en el Bernabéu no se le recuerda nada realmente importante ni útil para su equipo. Y mejor ni hablar de las eliminatorias de la Copa del Rey, en las que ha sido incapaz de llevar a los suyos a la final, ya no se diga el título, ese con el que empezó la era Simeone.

Así que el problema no es realmente el jugador, sino la gente y la prensa que habla de él como si fuera Zinedine Zidane o Diego Maradona.

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