Florentino Pérez oculta su nuevo fracaso dándole otra vez al botón de la trituradora

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. / Twitter

El injustificado despido de Ancelotti vuelve a dejar en evidencia la extraña forma que tiene Florentino Pérez de gestionar un club de la categoría del Real Madrid.

Florentino Pérez oculta su nuevo fracaso dándole otra vez al botón de la trituradora

El injustificado despido de Ancelotti vuelve a dejar en evidencia la extraña forma que tiene Florentino Pérez de gestionar un club de la categoría del Real Madrid.


Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Pellegrini, Mourinho, Ancelotti... ¡maaamboooooo! Ésta ha sido la forma disparatada en la que Florentino Pérez ha gestionado el banquillo del Real Madrid en las doce temporadas que lleva como presidente. Ni una apuesta por un estilo, ni una línea de continuidad, sino bandazos, caprichos y falta de criterio.

¿Y que ha conseguido con ese demencial baile de entrenadores? Pues que de los 36 títulos disputados en esas doce temporadas haya conseguido la ridícula cifra de siete trofeos (tres ligas, dos Copas del Rey y dos Champions). Por el camino un reguero de millones de euros dilapidados en forma de fichajes, que alcanzaron su punto más insultante en la temporada 2009/2010, cuando volvió a la presidencia del club después de abandonarlo de malos modos en 2006, nombrando entrenador a Pellegrini y gastándose la friolera de 257 millones de euros.

Ahora le ha tocado el turno a Ancelotti, el mismo al que en diciembre le quiso renovar casi a perpetuidad, y el mismo al que en el mes de marzo ratificó en su puesto en el banquillo merengue. Pero al bueno de Carletto ya lo quiso amortizar la temporada pasada, y solo el milagroso gol de Ramos conseguido en Lisboa en el tiempo añadido de la final de la Champions le mantuvo en el puesto.

Carletto, bautizado por el madridismo como 'el pacificador' después de sufrir durante tres años los incendios provocados por Mourinho, es un hombre de club y, como tal, ha recogido sus bártulos e incluso le ha dado las gracias a quien le ha puesto de patitas en la calle. El italiano, acostumbrado a trabajar con Galliani – Berlusconi -, Abramovich o Nasser Al-Khelaifi, no ha notado diferencias estando a las órdenes de Florentino Pérez, un presidente como los anteriores, para los que la opinión del técnico apenas cuenta y no son más que una parte de la estructura empresarial en la que han convertido a sus clubes.

La apuesta del presidente de la casa blanca es arriesgada, ya que sabe que otra temporada sin títulos traerá como consecuencia que el público se gire contra el palco. Y en ese caso, ¿aguantaría Florentino Pérez pitadas y pañoladas?

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