La evolución de los gimnasios hacia centros deportivos

Gimnasio en un centro deportivo. / Mundiario
Gimnasio en un centro deportivo. / Mundiario

El precio de los centros deportivos, muchos de ellos municipales, no suele ser demasiado alto, algo que reduce las ventajas de los llamados gimnasios low cost. 

La evolución de los gimnasios hacia centros deportivos

El interés de la población por mantenerse en forma ha ido en aumento en los últimos tiempos. Esta ampliación del público tradicional ha hecho que los lugares donde los usuarios van a entrenarse hayan vivido una gran evolución. Hace tan unos años era el modelo low cost el que predominaba con claridad. Sin embargo, aunque todavía se mantiene con grandes números de inscripciones, ahora son los centros deportivos los que mejor se ven a ojos de todos aquellos que quieren mejorar su forma física. Una de las empresas que trabaja este modelo es Forus, enfocada a rehabilitar y gestionar esta clase de establecimientos por toda España.

Esta empresa, que cuenta ya con 15 centros deportivos en diferentes provincias, tiene claro cuál es el camino a seguir: ofrecer un gran abanico de servicios posibles (clases guiadas, fisioterapia, oferta para todas las edades y perfiles…) a los usuarios en unas instalaciones totalmente equipadas y de alta calidad. De este modo, se supera la concepción tradicional de gimnasio, creando ambientes mucho más agradables para los clientes. Esta idea parte de la máxima de que cuantos más servicios ofrezca un gimnasio, mayor cantidad de perfiles podrá atraer hacia sí.

Las cadenas low cost ofrecen instalaciones aceptables a bajos precios, pero tienen la desventaja de que el asesoramiento deportivo que se hace a los clientes, en ocasiones no es muy personalizado, a menos que se abone ese servicio de forma adicional. Por otro lado, suelen contar con un menor número de servicios en comparación con los centros deportivos, los cuales llegan a contar con piscina, solárium, canchas para deportes de raqueta, vestuarios más amplios y salas de uso específico para clases guiadas como el aerobic o el pilates.

Por lo tanto, los centros deportivos son también muy interesantes, como mencionamos, para otros perfiles más allá de los que van a la zona de musculación del gimnasio a “hacer brazo”. Estos lugares piensan en una variedad más amplia de clientes y en sus gustos a la hora de practicar deporte, fomentando una mayor diversidad de actividades. Además, el precio de los centros deportivos, muchos de ellos municipales, no suele ser demasiado alto, algo que hace ver reducidas las ventajas de los llamados gimnasios low cost, ya que ofrecen más por una tarifa no demasiado superior.

Esto trae consigo otro beneficio, y es que en algunos casos es posible pagar solo por las zonas que se van a utilizar. Es decir, si por ejemplo un centro deportivo cuenta con pistas exteriores de pádel, mediante consulta previa se puede pagar solo por ese servicio. Lo mismo ocurre en el caso de usuarios que solo están interesados en acceder a la zona de las piscinas y que no están interesados en acceder a las máquinas de musculación.

La tendencia actual es clara. Todo apunta a que la evolución más clara de los lugares de entrenamiento camina hacia los centros deportivos. Una mayor oferta de servicios y a un precio poco mayor son los mejores avales de esta nueva modalidad de gimnasios.

Comentarios