España dijo adiós a Brasil con una victoria frente a Australia que presagia otra etapa

El asturiano David Villa se despide como máximo artillero de la Roja con 59 tantos. Torres y Mata redondean un resultado favorable que sabe a tristeza.

El de este lunes fue algo más que un partido de fútbol. En el césped se entremezclaban sentimientos de todo tipo. La rabia y la decepción se adueñaban de las bandas, la desidia hacía presa el mediocampo y la tristeza viajaba en punta. Quizás sea una forma muy sentimental y poética de verlo pero es que a veces el futbol va más alla del deporte.

El “hasta aquí hemos llegado” se mascaba en Curitiba durante toda la semana y el partido frente a los australianos ya se había jugado en la sala de prensa. Del Bosque había dejado abiertas todas las interpretaciones posibles y Cesc y Xabi Alonso, reflejaban el desanimo y la sinceridad de un grupo al que no podemos echar nada en cara.

Es muy difícil buscar una explicación a lo ocurrido, pese a que son muchos los que consiguen hallarla en hipotesis descabezadas e improperios de todo tipo.  Apelativos como “continuista” y “conservador” acompañan a Del Bosque mientras se diluyen en nuestra memoria dos eurocopas y un mundial. Tampoco recordamos la Italia de Pirlo en Surafrica, el Brasil de Bebeto en Francia o la Francia de Zidane en Japón, para todos ellos fue imposible revalidar un titulo mundial. Y para los franceses supuso una renovación que pagaron al igual que nosotros con una eliminación en la fase grupos.

 Quizás lo único criticable, la despedida de Villa al que Del Bosque retira en el minuto 52, tras el desanimo del jugador. El estilo en futbol es algo más que una forma de juego y posiblemente “Don Vicente” no estuvo a la altura del máximo goleador de la historia de la selección española. 

El resto del partido se resume en los tantos agridulces de Torres y Mata,  y un vestuario tocado y hundido que ansiaba el pitido final del arbitro para coger el avión de vuelta a casa. El hecho de que Piqué, Cesc y Costa decidieran no volver a casa con el resto de la expedición y comenzar sus vacaciones en Brasil,  afila los cuchillos de un aficionado que necesita respuestas y compromisos por parte de los responsables de la debacle.  

A partir de ahora toca reinventarse, es el momento en el que el Ave Fenix renace de sus cenizas. Una renovación que ni el propio Del Bosque tiene todavía muy claro por donde pasa.  La continuidad de muchos de los ayer presentes se ve amenazada, incluso la del propio seleccionador nacional. Es complicado hablar de un fin de ciclo cuando más de  la mitad del equipo vertebra estructuras de  clubs tan importantes como Arsenal, Chelsea, Barcelona o Real Madrid. 

Se dice que el tiempo es un gran maestro que va matando a todos sus discipulos y solo él nos podrá revelarnos la formula secreta para volver a ser los mejores.