Un equipo valenciano marca su primer gol tras encajar ciento sesenta y cuatro

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Un jugador del Sueca. / siguetuliga.com

El Sueca United, conocido por su particular forma de ver el fútbol, cierra la tabla de la última división levantina con los peores registros de todo el fútbol español.

Un equipo valenciano marca su primer gol tras encajar ciento sesenta y cuatro

El Sueca United, conocido por su particular forma de ver el fútbol, cierra la tabla de la última división levantina con los peores registros de todo el fútbol español.

 

Los que conocen al Sueca United Football Club saben que no es un equipo de fútbol aficionado corriente. Es un equipo, sí, y sus integrantes son aficionados a la práctica del fútbol. Lo que hay que saber es que lo disfrutan de forma especial. En 2012 llegaron a los medios nacionales al ser capaces de ganar un partido después de más de ocho años sin hacerlo. Desde entonces, las alegrías que les ha dado este deporte tampoco han estado relacionadas con los resultados.

El inicio de esta temporada está siendo similar a las anteriores y a nadie le sorprendió ver como empezaba la liga con una derrota por 23-0 frente al Unión Deportiva Esperanza. La racha continuó con resultados similares, lo que le hizo llegar a la jornada ocho, la disputada el pasado fin de semana, con unos números contundentes. Había perdido todos los partidos, no había marcado un solo gol y ya había recibido ciento cincuenta y cuatro (veintidós por encuentro).

El domingo recibió al Picasent B, que rondaba la parte baja de la tabla. Perdió y fue goleado pero, al menos, consiguió anotar el primer gol de la temporada. El marcador reflejaba un duro 10-0 al inicio del segundo tiempo cuando Raúl Jiménez consiguió alcanzar la meta rival. El partido acabó en 19-1 y el Sueca United, por supuesto, continúa como último clasificado de su liga, ya que es el equipo con peores números de España. 

A pesar de todo esto, contra lo que muchos podrían pensar, sus jugadores continúan dando el callo cada fin de semana. El próximo domingo se verán las caras con el Silla B, líder de la categoría, y saltarán al campo incluso sabiendo que muy probablemente saldrán goleados. Tienen varios motivos para hacerlo, aunque todos se resumen en uno: les encanta jugar al fútbol.

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