Los encantos secretos de Neymar

Neymar, jugador del PSG. / Archivo Mundiario
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El brasileño dejó al Barcelona hecho un avispero en el palco y el vestuario y, aun así, en el club siguen fantaseando con su regreso.
Los encantos secretos de Neymar

Hace un tiempo no muy lejano tuve un serio romance de trompicones con una compañera de trabajo que me traía de cabeza desde hacía tiempo. Pasó el dichoso romance, que cuando se dice de trompicones es porque hubo risas al inicio, a medio camino discusiones y hoy no tengo ni idea de qué hay, y lo cierto es que, pese a todo lo que me aconsejan hasta las piedras, una parte de mí se resiste a pensar que nunca volverá. Todos somos humanos y todos tenemos nuestro corazoncito, también el Barcelona.

La relación del club catalán con Neymar se podría antropomorfizar con la mía y esta colega. Neymar llegó al Camp Nou dejando sonrisas y apapachos con todo mundo, ganó titulos y sumó ovaciones en el estadio pero poco a poco al niño mimado ya no se le veía cómodo y finalmente decidió irse. Lo peor de todo es que ni siquiera tuvo la cortesía de decírselo a los dirigentes del club, quienes por obra y gracia suya y de su padre terminaron en serios pleitos judiciales y el pobre Sandro Rossell en la cárcel, sino que lo hizo en la boda de Lionel Messi. Mira que semejante anuncio opacaría cualquier compromiso. Si no le quitaban el micrófono (porque al delantero le gusta eso de que la gente lo vea de verdad entonces definitivamente no se lo susurró al oído a Piqué mientras bailaban algo de vallenato) probablemente terminaba diciendo "yo me opongo" frente a la multitud.

Y así, con todo y sus malcriadeces, sus demandas al club y las humillaciones que le ha hecho al pusilánime pero tirano Josep María Bartomeu, resulta que Neymar tiene todas las puertas abiertas para volver al Camp Nou. Los únicos que se oponen a semejante payasada son los aficionados, que son como los amigos que le guardan más rencor a tu ex que uno mismo, pero, ¡oh, caramba! Estamos en cuarentena y los estadios permancen cerrados, y lo estarán probablemente hasta bien entrado el 2021. Para cuando eso pase el aficionado ya no tendrá por qué alegar sobre el brasileño, pues vista la gestión de la actual directiva no se motivarán a ir al estadio a ver un partido de Europa League.

No sabremos jamás qué pasa en los despachos del Camp Nou, porque de verdad desde que ficharon a Neymar se ha dicho y contradicho todo alresdedor suyo, pero el chico tiene algún encanto que ha dejado a -casi- todos encandilados. Ningún directivo ni técnico sensato correría el riesgo de ficharlo, pero es que la razón no entiende de relaciones tóxicas.

No sé, de repente y yo también aprovecho que mis amigos están en su casa y me voy a por todas a por mi colega aunque todos sabemos que una y otra relación terminarán mal. Hay gente que tiene encantos pero no trae más que problemas y habemos quiénes vamos tras ellos como sabuesos tras las liebres. @mundiario

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