El Barcelona descuartiza al Milan y pasa a cuartos de la Champions en una noche mágica

El delantero del Barça Leo Messi.
Los catalanes remontaron el 2-0 de la ida en San Siro con cuatro tantos en el Nou Camp, dos de Messi, uno de Villa y un cuarto de Jordi Alba ya en el descuento del partido.
El Barcelona descuartiza al Milan y pasa a cuartos de la Champions en una noche mágica

Como en las películas del oeste en las que cuatro malos le dicen al bueno: "como ves, falta un caballo", y el bueno responde: "en realidad sobran tres", así se la hizo el Barcelona al Milan en la vuelta de los octavos de Champions. Cuando comenzó el partido, el Milan le había dicho al Barcelona que le faltaban dos goles. Cuanto terminó, el Barcelona dijo: "no, me sobran dos". Y es que los catalanes mostraron su mejor cara y le metieron 4-0 al conjunto italiano en el Camp Nou para remontar el 2-0 de la ida en San Siro.

Es difícil remontarle dos goles al Milan pero, la verdad, la noche hacía presagiar que el Barcelona lo conseguiría. Estaban muy motivados, plantearon una estrategia muy meditada y (por qué no decirlo) tuvieron la suerte de cara.

La motivación se vio desde el minuto 1, cuando el Barcelona perseguía a sus rivales como si fuesen fieras hambrientas detrás de un buen filete. Así daba igual perder un balón porque no tardaban ni medio segundo en recuperarlo. Esa fue una de las claves del partido.

La estrategia también fue fundamental. Villa salió en el once inicial para fijar a los centrales italianos y darle más espacio a Messi. Dicho y hecho. Funcionó a la perfección. Villa estuvo incisivo en ataque, Messi más suelto, Xavi pudo pensar e Iniesta pudo tocar. Y con todos esos ingredientes se fabrica una delicatessen.

Y la suerte también jugó su papel, claro. No se puede achacar al primer gol de Messi que, aunque fue tempranero, fue mérito del argentino, especialmente motivado esta noche. Pero sí que intervino en la gran oportunidad del Milan, una contra que terminó con un mano a mano entre Niang y Valdés. Cuando el portero estaba ya batido, el milanista cruzó el balón, pero cuando sus compañeros se disponían a cantar gol, vieron atónitos cómo el esférico pegaba en el poste y se iba fuera de la portería.

Casi sin tiempo para recuperarse, el Milan se llevó un nuevo mazazo. Otra vez marcaba Messi, esta vez para igualar la eliminatoria poco antes del descanso.

En la segunda parte, el Barcelona siguió con la misma motivación, la misma estrategia y también algo de suerte. Y consigió los mismos resultados. En una rápida recuperación y posterior pase largo, Villa enviaba el balón al fondo de la red y ponía el 3-0 en el marcador. El Barcelona estaba desde ese momento en cuartos de la Champions. Pero aún faltaba mucho.

El Milan cambió radicalmente. Cambió mediocampistas defensivos por jugadores con más toque, calidad y llegada como Robinho o Bojan. Y las cosas cambiaron. Los italianos encerraron al Barcelona en su campo y le dieron emoción al partido. Un gol del Milan dejaba fuera a los catalanes. Pero esta no era la noche del Milan. Era la del Barcelona. Y aunque los rojinegros (esta noche, de blanco) lo intentaron, el gol lo marcaría el Barcelona a la contra ya en tiempo de descuento. Lo marcó Jordi Alba tras un robo de Messi, que cedió a Alexis, quien vio el desmarque de Alba, no se lo pensó, se la puso de rosca en los pies para que el lateral definiera con tranquilidad.

Era el 4-0. Era la noche del Barça, que se convirtió en el Clint Eastwood de un spaghetti western a lo catalán. No le faltaron dos goles para empatar la eliminatoria. Le sobraron dos.

Comentarios