Diego Costa, el reemplazo perfecto para Diego Costa

Diego Costa, delantero del Atlético de Madrid. / RRSS
Diego Costa. / RR SS

El Atlético de Madrid finalmente ha dado con la tecla. Ha logrado encontrar un reemplazo apropiado para Diego Costa. Sí, aquel que se fue hace mucho, pero cuyo zapatos nadie ha podido llenar.

Diego Costa, el reemplazo perfecto para Diego Costa

El sustituto, como no podía ser otro, es Diego Costa. El delantero internacional español nacido en Brasil está en la capital de España desde que el Chelsea acordara una venta por 65 millones de euros. Es la mayor cuota de transferencia que el Atlético de Madrid ha pagado hasta ahora. Un tercio más de lo que pagaron por Radamel Falcao y un margen de 27 millones de euros por el precio de Costa hace tres años, algo que empuja los límites de su presupuesto al borde de los controles financieros de la Liga y que puede precipitar las ventas, pero es lo que Diego Simeone y el propio Diego Costa han querido desde hace tiempo. 

Simeone sabe que por su estilo no hay nadie como Costa. Y es que Griezmann, por si alguien lo ha pensado, no es un delantero centro de las características de Costa. Lo ideal sería lograr que ambos se complementen. Simeone nunca estuvo contento con la marcha del ariete, pero esa convicción se ha profundizado desde que el delantero se fue. Han pasado solo tres años, pero Mario Mandzukic, Jackson Martínez, Fernando Torres, Kevin Gameiro, Ángel Correa, o Luciano Vietto no han llenado los zapatos del de Lagarto.

Así, Simeone nunca dejó de lamentar lo que perdió. Todos los que llegaban tenían algo, pero no lo que ofrecía el hispano-brasileño. El Cholo nunca encontró a alguien que pudiera estirar el juego, ocupar (incomodar) a los defensores y anotar goles de buena factura como él. Yendo más allá puede decirse que hay algo en Costa que encaja, que es muy del Atleti. En Diego Costa hay tanto temperamento como lo que hay de talento.

El jugador había venido a Europa apenas jugando fútbol estructurado, su juego estaba en bruto y era crudo. José Luis Mendilibar, su técnico en Valladolid, habló sobre cómo podría ocupar a cuatro defensores por su cuenta: “Tiene este truco de no parecer tan bueno como realmente lo es”. En el Rayo Vallecano, José Ramón Sandoval dijo que Costa fue el mejor delantero del mundo. Sus compañeros de equipo han dicho en muchas ocasiones que es “aterrador” incluso en las sesiones de entrenamiento.

Con la sociedad Simeone-Costa, ese juego bruto y rugoso adquirió contornos de algo más grande, se hizo incontestable para las defensas, algo que le valió la atención del Chelsea, en donde no fracasó, sino que fue ese tan peculiar temperamento el que se encontró encontrarse con el de Conte, que no es poca cosa. Simeone supo darle al delantero otras características, unas que le hicieron mucho mejor, tanto como para que España luchara por hacerlo miembro ilustre de La Roja en un Mundial y ante la mirada celosa de Brasil.

Cuando Falcao se fue los atléticos temieron, pero Diego Costa tomó el centro del escenario. Esa temporada anotó 36 goles: consiguió 27 en 35 partidos de Liga y anotó 8 goles en 9 partidos de la Liga de Campeones. El Atlético ganó el título de Liga ese año. Sin embargo, perdieron la final de la Copa de Europa ante el Madrid en Lisboa, y Costa duró sólo ocho minutos antes de sucumbir a una lesión. Eso ya dirá algo sobre su importancia, para que el Cholo lo arriesgara en contra de todo. Es una decisión que él puede lamentar, y que en retrospectiva puede parecer tonta, pero jugador y técnico sentían que lo necesitaban en cancha.

La conclusión es que Costa ha vuelto, y ya ha estado trabajando bajo la guía del legendario Profe Ortega, un hombre que algunos tachan de sádico, un hombre que puede conducir a jugadores jóvenes a la desesperación y el agotamiento y aún así salir con una sonrisa en su rostro. Esto nos asegura que Costa estará a punto y nos garantiza un espectáculo de primer nivel para cuando regrese. ¿Quién no ansía verlo ante un Barcelona o un Real Madrid?

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