El Deportivo de ‘Isidro’ cheira a segunda división

Clarence Seedorf.
Clarence Seedorf. / RR SS

A falta de 7 partidos y 21 puntos por disputar, los aficionados blanquiazules son realistas y saben que solo una sucesión de varios milagros evitarían el descenso.

El Deportivo de ‘Isidro’ cheira a segunda división

Las cosas están como están en A Coruña, una ciudad acostumbrada durante muchos años a un fútbol de alta calidad, plagada de títulos, que ahora está en horas bajas.

Conversación escuchada en la red social más importante que sigue existiendo, como es la barra de un bar:
– Nin o Isidro nos salva do descenso, neno.
– Isidro? E quén ven sendo Isidro?
- O moreno que xogou no Madrí, que no?
- Bueno carallo bueno… o Sidor!
- E qué che dixen eu? O Isidro!

 

Pues bien. Mucho me temo que a este Deportivo tristón, que desde el inicio de esta temporada ha ido dando bandazos y firmando actuaciones sonrojantes, no lo salvará del descenso ni Sidor, ni Seidor, ni Clarencio, ni Isidro… ni el auténtico Seedorf, discípulo de ilustres entrenadores como Van Gaal, Capello, Lippi, Ancelotti o Rijkaard, a los que parece que no hizo mucho caso mientras estuvo a sus órdenes.

Y es que cuesta creer que un producto de la escuela futbolística holandesa, que con solo 16 años debutó en un gran Ajax, haya tardado tantas semanas en darse cuenta de que el Deportivo de esta temporada estaba diseñado para jugar con un 4-2-3-1, con Çolak al mando de las operaciones, y que por su cabezonería se hayan perdido jornada tras jornada las posibilidades que existían de sacar al equipo del pozo, insistiendo en planteamientos imposibles, con trivotes demenciales, sin bandas y atacando por acumulación o, lo que es lo mismo, metiendo delanteros al tuntún.

Lo siento, pero 'echarle huevos' y 'comerse la hierba' no son sistemas de juego

Tras la herencia envenenada que le dejaron Mel y Cristóbal, tampoco se le podía exigir a Seedorf que de un día para otro implantase el juego de posición ni que perdiese el tiempo en explicar cómo se aplican sobre un terreno de juego los célebres triángulos holandeses. Pero lo que resulta tan inexplicable como imperdonable es que haya querido convencer a la plantilla y a la afición de que “echarle huevos” y “comerse la hierba” son dos sistemas de juego. Lo siendo Isidro, pero por ahí no paso.

Lo cierto es que los números del inexperto entrenador del Depor son un desastre, ya que con un calendario amable y frente a varios rivales bizcochables solo ha sido capaz de sumar 6 puntos de 27 posibles, lo que invita al pesimismo viendo los rivales contras los cuales se jugarán los últimos 21 - entre ellos Celta, Barça o Valencia – con la obligación de recuperar los 8 de ventaja que tiene el Levante.

Ahora bien, si el Deportivo de Seedorf consigue la salvación en la última jornada de Liga que se disputará el tercer fin de semana de mayo, seguro que el próximo mes de febrero nacerán cientos (¡o miles!) de coruñeses a muchos de los cuales se les bautizará con el nombre de … ¡Isidro! @mundiario

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