Cristiano Ronaldo, futbolista en grado de tentativa

Cristiano Ronaldo viendo a Messi venir.
Cristiano Ronaldo.

El asteroide portugués Cristiano Ronaldo debuta en la Eurocopa de Francia haciendo lo que mejor sabe, el mamarracho.

Cristiano Ronaldo, futbolista en grado de tentativa

Cristiano Ronaldo, desde su llegada a la capital de España, nos ha deleitado con una selección de gilipolleces gran reserva, opuestas en calidad a su fútbol de tetrabrik cuya única función es embriagar a los paladares menos exigentes, para así poder olvidar el triste panorama futbolístico que les rodea y poder presumir al día siguiente de no acordarse de nada mientras te enseñan el resultado del partido que les ha regalado el árbitro, al que tampoco recuerdan.

La última del portugués ha sido despotricar contra una selección debutante en la Eurocopa que les arañó un empate que pudo ser más de no ser por la actuación de Rui Patricio, acusándoles de celebrar desmesuradamente el empate, negando el saludo y menospreciando a los rivales. Todo esto tras un partido tan negro como su alma, tras haber celebrado con su salto de la rana mugidora un sexto gol contra el Deportivo de la Coruña, y otras hazañas varias.

Pero no podemos culpar solamente al asteroide de Madeira de su actitud. Sus carencia de entendederas hace que cualquier opinión de terceros le influencie de manera decisiva tanto para lo bueno como para lo malo. Abyectos periodistas como Manolo Lama o Josep Pedrerol - que editorial tras editorial y artículo tras artículo defienden su actitud chulesca con compañeros y rivales -, encubren sus agresiones poniendo a 'serresiete' en el papel de víctima y criminalizando al agredido, trastocan la realidad con reincidencia en lo que es un insulto continuado a una audiencia con graves problemas de razonamiento crítico que pone una y otra vez la otra mejilla, y lo que no es la mejilla; el Real Madrid - patrocinador oficial de sus actos de estupidez -; y el aficionado madridista más rancio, que le defiende a capa y espada aunque se pase los partidos tirándose al césped, corriendo sin sentido, humillando a sus compañeros y haciendol gestitos al no tan respeteable. Todos ellos han contribuido a crear a uno de los ‘deportistas’ más despreciables de los últimos años.

Nada nuevo en las profundidades de la caverna, donde decenas de plumillas se pelán por estar en la primera fila de las ruedas de prensa del Visir de Chamartín para ver si tienen la suerte de que les salpique una gota de su preciada saliva. Que Dios se lo pague con un bueno novio. @SirDanielC

Este artículo también ha sido publicado en la web del autor www.bloggol.es

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