El Clásico del miércoles, la enésima oportunidad de redención para Bale

Gareth Bale (der.) durante un partido de pretemporada.
Gareth Bale (der.) durante un partido de pretemporada.
El futbolista británico vive en su propia dimensión pero este tipo de partidos son los que desde siempre más le han encendido.
El Clásico del miércoles, la enésima oportunidad de redención para Bale

Pasó Gareth Bale sin pena ni gloria en las últimas semanas tras haber sumado un descontento más en el Real Madrid. Su polémica e indescifrable lesión en el parón de selecciónes de octubre le tuvo fuera de combate desde entonces sin que el club se haya atrevido a revelar qué pasaba exactamente con el mejor pagado de la plantilla. No obstante, Bale tiene una especie de inmunidad para burlar al entrenador, aficionados y medios de comunicación y, como si nada, resucitar cuando llega un partido clave como el Clásico de este miércoles.

Al jugador galés se le puede acusar de falta de carácter y compromiso por momentos, pero también por momentos saca la espada. Ya lo hizo en las finales de Liga de Campeones en 2014 y 2018 en Lisboa y Kiev, en las que con sus goles encumbró al Real Madrid a la conquista de Europa en ambas ocasiones. Antes, había hecho un gol para el recuerdo precisamente contra el Barcelona en la final de Copa del Rey de 2014 en Mestalla. Cuando menos se le espera, aparece.

Tanto así es su aura en estos encuentros, que hasta Zinedine Zidane juega con las castañas encendidas y no descarta su participación en el Clásico a costa de jugadores que vienen con más ritmo y compromiso. "Bale está con nosotros, está entrenando bien. Es un jugador importante, siempre lo ha demostrado. Mañana va a estar preparado como todos, no tengo ninguna duda”, dijo al ser abordado sobre la participación del atacante en el choque contra el eterno rival. La puerta, cuando menos, está abierta.

Puede que no haya habido ninguna referencia deliberada a la participación del jugador, pero si a Zidane nunca le ha faltado algo, han sido reproches hacia aquél. Tras haberle desdeñado en verano (llegando incluso a decir que "si se va mañana mismo, mejor"), la condescendencia e indulgencia del adiestrador ahora invitan a pensar que, conociéndolo, podría incluso alinearlo desde el inicio. Será la enésima oportunidad de Bale para redimirse. @mundiario

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