Chamartín pasa de la exigencia a la pedantería futbolística con el escarnio a Casillas

Iker Casillas, en un partido con el Real Madrid.
Iker Casillas, en un partido con el Real Madrid.

Pensar que el portero madridista ya no es el adecuado para defender la meta no es motivo suficiente para vivir episodios públicos de acoso y derribo como el de ayer.

Chamartín pasa de la exigencia a la pedantería futbolística con el escarnio a Casillas

Todos los que no estuvimos anoche en el estadio Santiago Bernabéu tenemos algo que celebrar; nos ahorramos un episodio de vergüenza ajena.

Si el pasado sábado fue el abonado común el que pitó a Casillas en su propio estadio en el partido frente al Atlético de Madrid, ayer fue otro tipo de público, el de las peñas llegadas de toda España y que en esta primera fase de Champions League suele copar gran parte del graderío, el que puso la nota de esperpento en Chamartín. Algo, además, significativo y que dice mucho de cómo están las aguas en el club merengue, ya que este último tipo de afición suele ser más entusiasta y permisiva que la liguera, al no ser habitual durante la temporada.

Sería un insulto negar la evidencia y defender que el Casillas de hoy es el de antaño. No obstante, la supuesta peor versión del madrileño la pasada temporada dio para ganar las dos únicas competiciones en las que participó en su club como meta titular, como son la Copa del Rey y la propia Champions.

Certeza solo hay una, y es que Iker Casillas sigue rindiendo a la perfección a nivel de élite. Que lo haga mejor o peor que hace unos años, cuando indiscutiblemente fue el mejor portero del mundo (deficiencias en balón aéreo incluidas también por entonces), es harina de otro costal. Certezas al margen, sería lícito e incluso lógico (si me permiten) pensar que Casillas ya no es el portero adecuado para defender la portería madridista. Y en este último escenario es en el que pretendo centrarme…  ¿Es éste motivo suficiente para el escarnio público en una casa, la suya, en la que ha sido el auténtico referente para muchos? A nivel usuario, ¿destrozarían ustedes su vehículo actual solo porque cuando lo compraron consumía 5 litros a los 100 kilómetros y 15 años después consume 5,9?  Claro está que pueden cambiar el coche con el que durante tres lustros han recorrido el mundo, pero estoy seguro de que no se liarán con él a pedradas por no presentar idénticas prestaciones que al inicio. De maridos y mujeres, mejor ni hablemos. ¿No merece un hombre un trato mejor que un coche, por ejemplo?

Quizás este tipo de comportamientos sean los que me alejan de un fútbol de élite deshumanizado y que en algunas ocasiones como la que nos ocupa no guarda respeto por sus veteranos, por su auténtica historia viva. Con ello, por cierto, no quiero decir que se permita que un futbolista pueda vivir exclusivamente de rentas pasadas. Los recientes logros de Casillas indican que no es el caso.

No soy consumidor de los programas futboleros nocturnos de la tele formato ‘Sálvame’. Sospecho que en ellos pudiese hallar alguna respuesta a los silbidos, basada seguramente en lo extradeportivo y en la rumorología, mas prefiero vivir en la ignorancia y, desde la distancia, compadecerme de aquellos que ayer en el Bernabéu sintieron, como yo también habría sentido, un episodio de vergüenza ajena. El estadio madridista, siempre exigente, no estuvo ayer a la altura, pasando a situarse en la pedantería futbolística.

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