CAVERNA: Ningún 'cristianazo' demostrará que un club es más que un equipo

Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez firman la renovación del internacional portugués.
Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez firman la renovación del internacional portugués.

Imaginen las cuentas que estará echando el Rosell: “Si el Florentino va a pagarle unos 20 millones netos anuales al Cristiano, ¿cuánto me pedirá el Messi? ¿Y mañana, seguramente, el Neymar?

CAVERNA: Ningún 'cristianazo' demostrará que un club es más que un equipo

“(…) un antro subterráneo y hombres que desde la infancia sólo pueden ver… un muro semejante al de los charlatanes (quienes) pasan llevando objetos de madera de toda clase… de suerte que aparecen sobre el muro… por un fuego cuyo resplandor los alumbra…”

(Platón)

    Sabemos desde casi siempre que el fútbol va degenerando de deporte de equipo en falso duelo de individuos, de igualdad de oportunidades 11 contra 11, en ventajismo de talonario. Afortunadamente encabezar la clasificación de los clubes más ricos del mundo no garantiza tener el mejor equipo del mundo.

    Ante estos casos debe evitarse jugar con la demagogia. El fútbol y otros antaño deportes no son sino una manifestación a escala reducida del envilecimiento del poderoso caballero Don Dinero.

    Pónganles un descenso en el corazón a los hinchas del último club de la última categoría, y oirán como late de mala envidia. Los grandes clubes, indefectiblemente asentados en las grandes ciudades, gastan lo que generan y, aun encima, son  codiciados por los media, dispuestos a pagar más a los que más tienen, pues “la mejor liga del mundo se juega aquí, en este Canal”. Entonces los menores, incluso los insignificantes, se mean tanto fuera del caldero, que acaban por ahogarse.

    Las auténticas megápolis tampoco están completamente a salvo de un hundimiento, sometidos a la ley de los mercados también futboleros.

    Imaginen las cuentas que estará echando el Rosell: “Si el Florentino va a pagarle unos 20 millones netos anuales al Cristiano, ¿cuánto me pedirá el Messi? ¿Y mañana, seguramente, el Neymar?

    Claro que aún quedan los no aficionados al fútbol. ¿O no quedan?

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