Tres Capitanes del Arma de Caballería y el primer oro español de los Juegos Olímpicos

Gª Fernández, Navarro y Trujillos
Gª Fernández, Navarro y Trujillos

Muy pocos saben que el primer oro español de los Juegos Olímpicos fue conseguido por la victoria de tres Capitanes del Arma de Caballería: Trujillos, Navarro Morenés y García  Fernández en Amsterdam en 1928.

Tres Capitanes del Arma de Caballería y el primer oro español de los Juegos Olímpicos

Aunque las páginas sobre olimpismo suelan injustamente atribuir la primera victoria olímpica española a De Amézola y Villota, su disciplina, la cesta punta, nunca fue oficial y no hubo tal victoria, simplemente los oponentes no se presentaron.

El  auténtico primer oro olímpico español se ganó gracias a tres Capitanes del al Arma de Caballería  que hicieron sonar por primera vez el himno de España en los IX Juegos Olímpicos que se celebraron en Ámsterdam en 1928. Todo un hito para el olimpismo español que no se repetiría  hasta pasado casi medio siglo. La modalidad: saltos de obstáculos por equipos.

Los capitanes José Navarro Morenés, Julio García Fernández y José Álvarez de las Asturias Bohorques, (Conocido como Trujillos por su título nobiliario)  hicieron con su triunfo historia en unos juegos también históricos por las novedades que aportaron. Grecia, cuna del Olimpismo, debutó en el desfile en la ceremonia inaugural  y por primera vez se encendió el pebetero con la eterna llama olímpica. Un hito también fue para la igualdad de género  al competir por primera vez las mujeres en atletismo. Asímismo  serían los primeros juegos de gran repercusión en las masas, lo que contibuyó en gran manera a la popularización del deporte. Los atletas dejaron de ser individuos anónimos y los campeones  comenzaron a convertirse en ídolos.

Tercera  olimpiada para España

Para España era su tercera cita olímpica. De un total de 3.014 atletas (290  mujeres) de 46 países, 14 deportes y 109 especialidades, España participaba con sólo una delegación de 82 deportistas, que se batieron en ocho disciplinas: atletismo, natación, regatas, esgrima, boxeo, fútbol, jockey sobre hierba e hípica. No consiguieron ninguna victoria en toda la competición hasta la jornada de clausura de los Juegos que fue el día elegido para celebrarse el Gran Premio Olímpico de Salto de Obstáculos.

70.000 espectadores, la Reina Guillermina y la Princesa Juliana  en el palco real  junto a Olaf de Noruega. La Diplomacia del mundo, altos Dignatarios, personalidades y un millar de periodistas asistían a la más que previsible la victoria de Suecia, invicta en todos los concursos de saltos desde 1912. Tras Suecia, como favoritas Polonia, Francia, Estados Unidos y Alemania, Sin embargo la presencia de Trujillos generaba cierta expectación: era toda una estrella de la hípica. Récord de España de altura no superado hasta décadas después, record absoluto del Gentleman Riders durante 7 años. Siendo  fue profesor de la Escuela de Equitación Militar, en 1927 y 1928,  había logrado la hazaña de Las cortaduras de la Zarzuela (barrancadas de 15 metros de caída casi vertical). Una hazaña ecuestre conocida por todo el mundo hípico internacional por un gran reportaje fotográfico que realizó el conocido free lance Diego Rangel ( famoso por sus fotografías de Alfonso XII, el General republicano Riquelme o el traslado del " oro de Moscú" del Banco de España). Este reportaje se publicó en Blanco y Negro y además  tuvo gran difusión en la prensa europea, apenas un año antes de la Olimpiada de Amsterdam. Gigantescas dunas y barrancos cuya caída principal a día de hoy sigue llamándose " Gran Trujillo".

lFoto Rangel
Cortaduras de Zarzuela. / Rangel

 

Los tres capitanes junto a sus caballos Zalamero, Zapatazo y Revistada se habían personado en la ciudad olímpica el mismo día de la competición. Navarro Morenés estaba de luna de miel.  Sus compatriotas les daban ánimos: “Sois los mejores; debéis batiros como leones y no olvidaros de que sois de Caballería”   En la Academia de Caballería.  Federico García Balmori, había introducido  el estilo italiano en la monta de concurso con gran éxito y contribuyó a que  la hípica española militar fuese teniendo un nombre internacional.

cortadura. Foto Rangel

La Final de Amsterdam

Magníficamente entrenados y con la moral muy alta. Trujillos, Navarro y García Fernández en una final electrizante en un estadio a rebosar lograron vencer en la final a Polonia, y  España se proclamó ganadora.


 “Los otros componentes del equipo español irrumpieron en la pista y corrieron a felicitar a los campeones con indisimulado júbilo; ordenanzas y oficiales se saltaron  el protocolo militar y se abrazaron lanzando vivas a España y al Arma de Caballería. El Oro es español. El orgullo también. Y las lágrimas”  Cuenta uno de sus familiares .

La reina Guillermina de Holanda  hizo entrega de la medalla de oro a los tres vencedores. “Hemos dejado al deporte español en el lugar que le correspondía” le dice Trujillos a la reina, consciente de la trascendencia de su hazaña. Acto seguido, saludando con pulso firme y ojos temblorosos, los tres jinetes de oro escuchan la Marcha Real Española, junto a 70.000 espectadores enmudecidos y puestos en pie. La bandera española, en lo más alto del mástil olímpico. Y el deporte español, en lo más alto del olimpo mundial., oian sonar  el himno de España por primera vez en unos Juegos Olímpicos” narra su descendiente

Un Oro Olímpico que no volvería a repetirse hasta 44 años después, cuando en Sapporo ‘72, Paquito Fernández Ochoa gane la primera Medalla de Oro Individual..Veinte años después de Amsterdam, Navarrro Morenés volvería a conseguir otra medalla, esta vez de plata, en la olimpiada de Londres y se convertiría en el primer doble medallista español.

ceremonia-entrega medalla

Nadie fue a recibirles

Cuando los capitanes volvieron a España en tren, el único reconocimiento que reciben es el de del padre de Trujillos Mauricio Álvarez de las Asturias Bohorques y Ponce de León ( Jerez 1864-1930) que se acercó a la frontera en Hendaya para felicitarles brindando con champán.  En el mundo del olimpismo, también había hecho su propia historia, ya que había sido el primer español en participar en unas Olimpiadas al disputar las competiciones de espada, sable y florete en los Juegos Olímpicos de París en 1900,

En su llegada a Madrid en la Estación del Norte  no había nadie. Afortunadamente poco después, el general Primo de Rivera ofreció un gran ágape  a los campeones al que acudieron el Capitán General Weyler, compañeros del Arma de Caballería y el Rey Alfonso XIII, “Vosotros los jinetes, los que nunca me habéis dado un disgusto”.

El homenaje fue muy especial para los tres capitanes, pero más importante fue para ellos que cientos de españoles acudieran a las puertas del hotel donde se celebraba para mostrar su admiración y gratitud por esa primera medalla de oro que habían conseguido para su patria.

La medalla de Oro, robada

Pero la historia de la Medalla de Oro tuvo un triste derrotero..Unos años más tarde, en los terribles saqueos del Madrid de la II República, fue robada en un asalto al domicilio de Trujillos, Junto al  oro olímpico, también todos sus  galardones hípicos. Pese a la pérdida física del galardón, fue una victoria que  nunc ase olvidó dejó honda huella en la memoria de todo su entorno.

Reparación histórica

En 1984. Samaranch, presidente del COI, conocedor de la importancia de la medalla para el Deporte español  decidio . encargar una réplica exacta para reparar esa deuda con la historia y el olimpismo. Réplica que le entregaría a Trujillos S.M. el Rey Juan Carlos I en un discreto acto en el Club de Campo. .

Fue un acto con un gran contenido emocional  “Todos sus nietos, su familia, sus amigos más íntimos, llorábamos sin apenas disimulo y agradeciendo infinitamente el poder vivir ese repetido momento histórico que no pudimos vivir en el Estadio Olímpico de Ámsterdam, aquel 12 de agosto de 1928.” - Narra con orgullo uno de sus descendientes.

Trujillos, un espléndido nonagenario, recobraba así su Medalla y la constancia física de su personal e importante  aportación a la historia de su patria. Una victoria fundamentel en la historia del deporte español protagonizada por tres jóvenes capitanes del Arma de Caballería.

Comentarios