Aterrador: 'Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien'

La justificación de la violencia machista no es algo marginal y -como de tales polvos tales lodos- algunos hasta se permiten hacer apología de la misma mediante cánticos en un estadio de fútbol.

Aterrador: 'Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien'

La justificación de la violencia machista no es algo marginal y -como de tales polvos tales lodos- algunos hasta se permiten hacer apología de la misma mediante cánticos en un estadio de fútbol.

"Alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien". Estos son los cánticos contra Laura, expareja del jugador del Betis, que pudieron escucharse en el Benito Villamarín durante los últimos partidos ante la Ponferradina y el Girona, de los que numerosos medios se han hecho eco en los últimos días. Aterrador, como puede observarse.

Sin embargo, lo verdaderamente preocupante es que no sólo son los ultras del Betis, sino que -como ya señalé anteriormente, en otro artículo en MUNDIARIO- los informes recientes sobre el estado de la cuestión señalan que, aparte de que la “guarrilla”o “puta”, siempre es ella, un 30 % de los jóvenes también están de acuerdo con la afirmación de que, "cuando una mujer es agredida por su marido, es que algo habrá hecho ella" y "justifican la agresión a una mujer o novia cuando decide dejarle".

Dicha justificación de la violencia machista no es algo marginal y -como de tales polvos tales lodos- algunos hasta se permiten hacer apología de la misma mediante cánticos en un estadio de fútbol.

Hoy mismo, el popular cocinero Karlos Arguiñano hacía mención al asunto en su programa de Antena 3, y me parece de particular importancia hacer hincapié en sus propias reticencias a llevar a los niños al fútbol, dada la pedagogía de la violencia que últimamente se produce en los estadios: “Y los aficionados aplaudiendo, vitoreando al maltratador. Me parece, me parece terrible. El fútbol hay días que me enerva, o sea, la violencia que se crea a veces en los campos de fútbol. Yo pienso en los niños y he ido siempre con ellos al fútbol y no sé si ahora iría. Hay mucha violencia, mucha, desproporcionada. Una cosa es que en el fútbol puedas gritar o desahogarte y otra cosa es que vitoreemos al maltratador, por favor. Y que los árbitros no tomen medidas…”

Por otro lado, me resultan bastante laxas las opiniones que consideran que el cierre ejemplarizante del estadio del Betis es injusto, por el mero hecho de que no se haya cerrado tal o cual otro. Así lo ha propuesto la Comisión Antiviolencia solicitando el cierre parcial del Benito Villamarín y esta tarde la directiva se ha reunido de urgencia para tomar una decisión al respecto.

No dudo de que haya criterios poco unificados o que se haga la vista gorda con determinados clubes, pero es preceptivo que se actúe frente a los cánticos y vítores apologéticos de la violencia machista y, además, reiterados por parte de la afición bética.

Tampoco faltan quienes apelan a la presunción de inocencia del acusado, Rubén Castro, ya que éste no ha sido juzgado, pero parece ser que se han encontrado indicios razonables de delito y, además, los cánticos no tratan de defender la presunta inocencia de nadie, sino directamente de convertir a la víctima en verdugo y hacer de la violencia machista algo no sólo justificable, sino deseable: “era una puta, lo hiciste bien”.

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