Anfield evidenció que al Barcelona también le urge una limpia de vestuario

Momento en que Origi marca el cuarto gol del Liverpool. / Twitter
Momento en que Origi marca el cuarto gol del Liverpool. / Twitter

El equipo sigue acumulando ridículos en la Liga de Campeones, demostrando que gana LaLiga por el proceso suicida del Real Madrid y la autocomplacencia del Atlético.

Anfield evidenció que al Barcelona también le urge una limpia de vestuario

Cerró el Barcelona en Liverpool una de las noches más vergonzosas de su historia. El equipo ha vuelto a dejar ir una ventaja de 3-0 ante un rival que, vista la nómina, se suponía inferior. Rodará casi con seguridad la cabeza de Ernesto Valverde como director técnico pero hay que empezar a pensar también en la plantilla.

Se habla mucho de que el Real Madrid planea ya una limpia en el vestuario ante la más que humillante temporada que están cerrando, pero el Barcelona no ha quedado tan lejos. Hay jugadores a los que les ha quedado grande la camiseta y algunos que se han encogido hasta que ésta ha terminado del tamaño de una cortina de balcón.

Algunos como Coutinho y Dembélé nunca han terminado de justificar sus carísimos fichajes y su calidad de estrellas; algunos como Malcom y Nelson Semedo no han olido ni de cerca la calidad que necesita un jugador para formar parte de este equipo; otros como Ivan Rakitic y Samuel Umtiti han venido a menos y el equipo lo ha sentido. Se puede mencionar también a Sergi Roberto, alguien que como lateral derecho no es más que un jugador cumplidor y está muy lejos de poder ser un mediocampista de cuando menos ese calificativo.

La hecatombe de Anfield debe poner a pensar al Camp Nou si no vale la pena limpiar también la caseta, que desde la 2015-16 se le ha llenado de jugadores que no tienen nivel para dar el relevo a quienes ganaron la orejona en Berlín en 2015. Hasta ahora, los goles de Messi y la competición doméstica había maquillado a este equipo repleto de jugadores del montón, que si han ganado dos ligas seguidas como lo han hecho es porque el Real Madrid se metió solito en un proceso de autodestrucción desde 2017 y porque el Atlético de Madrid tiene un técnico que se niega a dar el paso al frente, acomodado en la autocomplacencia.

El fin de ciclo llegó a la Ciudad Condal. El equipo deberá abrir la puerta de salida y la chequera o las noches de vergüenza como la del martes se seguirán repitiendo. @mundiario

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