Algunos futbolistas están destinados a brillar lejos de grandes clubes

Luka Jovic, delantero de la Fiorentina y Timo Werner del RB Leipzig. / Composición Mundiario
Luka Jovic, delantero de la Fiorentina y Timo Werner del RB Leipzig. / Composición Mundiario
Actualmente resaltan los casos de Jovic y Werner, pero no hay que olvidar históricos como Roberto Baggio o George Hagi, quienes se conviertieron en leyendas de equipos modestos.
Algunos futbolistas están destinados a brillar lejos de grandes clubes

Timo Werner y Luka Jovic son el vivo ejemplo de que no todo jugador profesional está hecho para jugar en clubes de alta exigencia. El alemán después de cuatro jornadas ha vuelto a ser el mismo que abandonó la Bundesliga en 2020, con cuatro goles en cuatro jornadas con el RB Leipzig, mientras que el serbio se ha dejado ver con la Fiorentina como un atacante más que aprovechable, que ya se ha reconciliado con el gol durante la pretemporada y que asoma a retomar el ritmo perdido en el calcio, torneo en el que ya tiene una anotación en sus estadísticas.

Ellos no son los primeros pero tampoco serán los últimos en sufrir este tipo de vivencias negativas. En los últimos años se recuerdan casos como el mencionado por MUNDIARIO meses atrás con Juan Eduardo Esnáider, un delantero argentino recordado por su paso triunfal con el Real Zaragoza, pero que cayó en picado durante su breve etapa en el Real Madrid o el de Robert Prosinecki, que se salió en el Estrella Roja de Belgrado y en el Real Oviedo, pero que no pudo brillar ni en el conjunto merengue ni en el Barcelona.

¿Quién no se acuerda de George Hagi? El legendario cerebro de la selección rumana que maravilló al mundo en los años noventa, no tuvo ni un brillo durante sus etapa con los blancos y tampoco con los azulgranas.

Tampoco hay que olvidar el peculiar caso de Roberto Baggio, el atacante italiano, quien era considerado un genio con el balón y aunque destacó con la Juventus, que no estuvo a la altura de las circunstancias con el Milán ni con el Inter. Con los rossoneros empezó genial pero su rendimiento decayó alarmantemente hasta que salió al Bologna. Con el modesto de la región de Emilia-Romaña volvió a ser el de antes, con una campaña tan espectacular que le sirvió para ser convocado por Cesare Maldini para el Mundial de Francia 98.

Esas actuaciones además le valieron un boleto para fichar con los nerazzurri, pero al igual que su anterior etapa en la región de Lombardía, Baggio se volvió a estrellar. Dos temporadas más tarde inició su paso por el Brescia hasta el final de sus días como jugador activo. Este recuento histórico demuestra que ningún futbolista está exento de sufrir este tipo de situaciones, incluso algunos con estatus de leyenda. @mundiario

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