Si tu vecino es muy guay, ponte a ver El vecindario
La secta Synanon ya fue objeto de interés en 1978 para El País, medio que les dedicó un reportaje sobre sus curiosas prácticas: vasectomía obligatoria para los hombres, aborto obligado para las mujeres y práctica del swinging (intercambio de parejas). Esto último ahora se considera cool y lo anterior es terreno de lucha de algunas mujeres y ciertos partidos políticos. Sin embargo, para Synanon, esto no se ofrecía como una opción, sino como una obligación.
En esta curiosa secta que se formó en Los Ángeles (EE UU) se ha basado David Marmor para levantar su guión de El vecindario (1BR). Película que también ha dirigido y que ha pasado directamente al circuito de las plataformas, estrenándose recientemente en Movistar+. Es uno de esos ligeros entretenimientos que se descubren casualmente entre la ingente cantidad de oferta, muchas veces absolutamente prescindible pero que sirven a los operadores digitales para engordar sus catálogos cinematográficos.
David Marmor consigue que observemos a nuestros vecinos con ojos cautelosos, cuanto menos. ¿Una barbacoa de confraternidad? Déjame que lo piense.
Sin duda, algo resulta muy interesante en este filme. Cómo la infelicidad o insatisfacción de una persona con su propia vida puede atraer a toda clase de depravados que, con el argumento de hacer de tu vida una utopía, pueden acabar imperando en tus decisiones más fundamentales y ejerciendo un férreo control de tu existencia.
En esta época de normalidades extrañas en el que muchos pueden sentirse inseguros ante la falta de certeza futura, y surgen los gurús del futuro utópico (ojo que a veces a estos gurús les votamos), conviene mantener la cautela aunque eso nos haga ser una rara avis. @opinionadas
